Los gobernadores gastan millones en comprar o alquilar jets de lujo, muchas veces sin licitación. Hay denuncias por viajes personales y familiares, hasta para ver fútbol. Crónica de una moda costosa.
Aeronaves propias abandonadas por falta de mantenimiento; sospechas de sobreprecios en la compra de aviones de lujo que envidiaría cualquier millonario; alquileres monopolizados por empresarios afines al kirchnerismo, a quienes se contrata sin licitación; la excusa repetida de los “vuelos sanitarios” para encubrir viajes privados de gobernadores, funcionarios e incluso de familiares o amigos; y hasta vuelos rentados por empresarios que son contratistas del Estado: son sólo algunas de las irregularidades del mercado aeronáutico que salpican a todos los gobernadores. Un dato: la mayoría de los aviones oficiales se adquirieron en la última década, acompañando la moda de las aeronaves de lujo, que antes estaban reservadas a ricos y famosos. Del otro lado, funcionarios, muy pocos, que viajan en aviones de línea y promueven contrataciones con la aerolínea estatal. Las dos caras de la moneda son parte de esta investigación de Clarín, que refleja por primera vez el estado actual de la flota de las 23 provincias argentinas.
Desoyendo mensajes de austeridad como los que repite el papa Francisco, los gobernadores gastan cada vez más a la hora de volar. El ránking de quienes tienen los aviones más caros lo encabezan José Alperovich, de Tucumán; Juan Manuel Urtubey, de Salta; el santiagueño Gerardo Zamora; y su vecino de Chaco, Jorge Capitanich.
En 2010, el gobernador tucumano gastó 36,9 millones de pesos para quedarse con un Learjet 60XR (matrícula LV-CKA), catalogado como el mejor jet en poder de una provincia, tanto por la tecnología como por el confort. ¿Una comparación? Con ese dinero se podrían haber comprado dos Hawker 400XP, como el que tiene Chubut.
La Legislatura provincial lo había autorizado por 6 millones menos. Alperovich resolvió la diferencia por decreto y se quedó con la aeronave, la tercera que adquirió durante su mandato.
Otro “adicto” al Lear Jet, fabricado por la empresa Bombardier –cuyo taller oficial en la Argentina está en manos de allegados al empresario Lázaro Báez– es el gobernador salteño.
En 2009, adquirió un Lear Jet 45XR (matrícula LV-BXD) sin mediar licitación.
El precio fue motivo de polémica: Urtubey dijo por entonces que había salido “menos de 25 millones de pesos”. Un expediente del ministerio de Finanzas que llegó a la Justicia indicaba que se pagaron 27 millones a International Tech Trading LLC, una firma radicada en los Estados Unidos que sólo tuvo en poder ese avión menos de diez días. Sin embargo, un experto que investigó aquella compra, Rubén Durán, le dijo a Clarín que en verdad se terminaron abonando unos 35 millones de pesos, más a tono con los informes de los medios especializados. Esa aeronave mantiene la matrícula LV, reservada para los privados. ¿El motivo? La Dirección de Aviación Civil de Salta fue habilitada para prestar servicios de taxi aéreo.
Hay provincias que recurren a los taxis aéreos porque abandonaron su flota.
Río Negro llegó a tener aerolínea propia. Servicios Aéreos Patagónicos Sociedad del Estado funcionó hasta 1997. Pero recién en 2008 el ex gobernador radical Miguel Saiz formalizó el cierre. El largo proceso de liquidación le costó a la provincia más de 4 millones de pesos, según una auditoría local. Actualmente, de los aviones sólo quedan restos inútiles en un hangar de Viedma. Hay tres Metro III, un Cessna 402 y un Turbo Comander 10. Ninguno puede volar. Entonces, el gobernador Alberto Weretilneck alquila, sin licitación, los aviones de la empresa Sapsa, del grupo Vía Bariloche. Según la agencia digital ADN, en los primeros cuatro meses de este año el gobernador gastó más de 500 mil pesos. Fuentes del gobierno indicaron a Clarín que hasta el 2011 el gasto anual oscilaba entre 3 y los 4 millones de pesos, y que en 2012 la cifra creció hasta 6 millones. Durante el gobierno del radical Miguel Saiz se contrataba a Baires Fly. Y con el fallecido Carlos Soria las contrataciones fueron a parar a Pacific Ocean, de London Supply, muy vinculada al kirchnerismo y envuelta en el caso Ciccone.
El gobernador de Mendoza, “Paco” Pérez, lo sabe.
Su provincia no tiene avión y utiliza la clase Business de Aerolíneas Argentinas. “Si los llama Cristina, a veces viaja en el avión del gobernador sanjuanino José Luis Gioja (con una nutrida flota) y después hace un tramo en auto”, contó un funcionario nacional. Pérez firmó el decreto 1745/12 para que sus funcionarios sigan el ejemplo, excepto cuando Aerolíneas no cubra la ruta o sus vuelos estén llenos.
Igualmente, Pérez no pierde la esperanza de tener su aeronave. Apenas asumió, negoció con un empresario mendocino. Cuando la noticia saltó a los medios, abortó la operación.