La sequía y la ceniza son las dos causas centrales.
Impactan también en la producción de lana.
INGENIERO JACOBACCI (AJ).- El paso de los días va dejando cada vez más al descubierto el desolador panorama que atraviesa el sector ovino y caprino de la región sur producto de la intensa sequía y la ceniza del volcán Puyehue que desde hace meses está presente casi a diario en la zona.
Las ovejas y las cabras se mueren sin que los campesinos puedan hacer algo para evitarlo. La situación es alarmante y amenaza con dejar sin materia prima a la principal actividad productiva de la zona como lo es la ganadería.
Impactan también en la producción de lana.
INGENIERO JACOBACCI (AJ).- El paso de los días va dejando cada vez más al descubierto el desolador panorama que atraviesa el sector ovino y caprino de la región sur producto de la intensa sequía y la ceniza del volcán Puyehue que desde hace meses está presente casi a diario en la zona.
Las ovejas y las cabras se mueren sin que los campesinos puedan hacer algo para evitarlo. La situación es alarmante y amenaza con dejar sin materia prima a la principal actividad productiva de la zona como lo es la ganadería.
"Nos vamos a quedar sin animales. Hasta hace unos días se morían los animales flacos, pero ahora se nos están muriendo los gordos, los recién nacidos. No está quedando nada en pie" señalaron los campesinos en cuyos rostros se refleja la preocupación, la impotencia y la angustia de saber que, tarde o temprano, seguramente van a perder un alto porcentaje de sus majadas.
La crisis afecta en mayor medida a los animales criados a campo pero también a aquellos a los que se los asiste con alimentos. Y se mantiene a lo largo y ancho de la región, inclusive en los sectores donde las lluvias y nevadas fueron más generosas.
Por esto días las esquilas muestran una producción de lana de bajísima calidad, con vellones que llegan a pesar casi un cien por ciento más que lo habitual, producto de la gran cantidad de ceniza acumulada.
A ello se suma un alto porcentaje de ovejas que abortan y mal paren y de crías que se mueren en el vientre o a las pocas horas de nacer.
La situación lleva a los productores que pueden hacerlo, a trasladar animales a otras zonas. Pero la mayoría vende ovejas, cabras, vacas y caballos, a precios irrisorios, generalmente impuestos por compradores que se aprovechan de la desesperación de los campesinos.
La crítica situación del campo no sólo genera preocupación en los productores sino también en el resto de la sociedad de los pueblos de la zona que viven básicamente de lo que produce el campo.
El intendente de Ramos Mexía, Javier Giménez, sostuvo ayer que "la situación es más que grave. Los municipios ya no soportan la poca asistencia que están brindando a los productores y, que así y todo, tampoco alcanza para terminar con la mortandad de los animales", aseguró luego de una recorrida por campos de la zona donde mantuvo reuniones con varios productores afectados.
El jefe comunal agregó que ante el alarmante panorama se deben tomar medidas en forma urgente y de fondo como trasladar a los vientres a otras zonas de la provincia para evitar la pérdida total del stock ganadero.
"Sin dudas que el tema de la sequía es alarmante, pero se potencia con las cenizas que desde hace varios meses tenemos presente casi a diario en toda la zona. Y ni siquiera con la poca lluvia que cae, se pueden eliminar de las pasturas. Si no se trasladan a las madres a sectores de chacras para salvarlas, el desastre va a ser total y la Línea Sur se va a quedar sin animales para asegurar el principal pilar de la producción regional", agregó el intendente.
Los campesinos de la zona coincidieron en que las ovejas se mueren "de a puñados" sin que puedan hacer nada por impedirlo.
El panorama que plantearon incluye la mortandad también de las madres porque la falta de alimentos hace que pierdan la masa muscular y la fuerza.