Tuvo una vida excepcional, con momentos de gloria y dolor. Pero nunca perdió la fe.
"Hay un asunto más", solía decir él cada vez que terminaba una de sus hechizantes presentaciones. Y el triste asunto de ayer fue que murió el propio Steve Jobs, el alma de Apple, el que no se daba por vencido ni aun ante un cáncer de páncreas, el que hizo del "no se conformen" su lema de vida.
Steve Jobs tenía 56 años. Y en agosto de este año dejó su cargo de jefe ejecutivo de Apple en una carta dirigida al consejo de administración, porque, decía, no podía continuar cumpliendo con sus tareas. El sabía que la muerte estaba cerca.
Tenaz como pocos, visionario como sólo algunos, y carismático sin límites, Jobs fue el cofundador de Apple y el autor intelectual de varios de sus exitosos productos. Su inconfundible manzana (su comida favorita) es y será su sello. Ese sello minimalista que él tanto insistió en preservar. Líneas puras. Lujo en medio de la austeridad.
Su historia personal marcó su carácter. Nada fue fácil en su vida, y sin embargo, hizo lo que realmente sentía que había que hacer. Steve Jobs nació en febrero de 1955. Pero sus padres biológicos, norteamericana ella y sirio él, no lo quisieron y lo dieron en adopción.
Fue criado en un hogar obrero muy cerca de Silicon Valley, cuando comenzaba a convertirse en el centro tecnológico que ahora es, y tuvo su primer trabajo a los 12 años tras llamar al fundador de Hewlett-Packard Bill Hewlett a su casa. Desde chico, amaba la caligrafía. Y eso, dice él, fue lo que le hizo soñar un día la hermosa tipografía de Mac.
Había logrado saltearse un año en el colegio gracias a su alto coeficiente intelectual, pero fue expulsado por una serie de travesuras, como explotar bombas o liberar serpientes en clases.
Después de cursar sólo un semestre, Jobs abandonó la universidad y comenzó a trabajar para el fabricante de videojuegos Atari, hasta que tuvo suficiente dinero como para embarcarse en un viaje espiritual por la India.
Tras el viaje regresó a su trabajo en Atari, donde en 1976 convenció a su colega y amigo Steve Wozniak de renunciar al trabajo y lanzar una compañía para vender el ordenador personal que había diseñado. Jobs vendió rápidamente 50 equipos, con lo que comenzó la travesía de Apple, en la que Wozniak era el diseñador y él el vendedor.
Sus éxitos fueron muchas veces revolucionarios. Sus fracasos, dramáticos. No fue la suya una historia de ascensos. Tuvo altos y bajos. Picos y pozos. En 1983, por ejemplo, lanzó Lisa, una computadora que se llamó igual que su hija. Fue un fracaso comercial como pocos.
Le costó caro. El mismo Jobs había contratado al ex jefe ejecutivo de Pepsi, John Scully para dirigir Apple de manera más profesional. Conclusión: Scully expulsó a Jobs en 1985 por aquel error y casi lleva la compañía a la bancarrota antes de que Jobs volviera para rescatarla en 1997.
Pero mientras tanto, Jobs aprovechó su exilio. En 1986 compró una división de animación digital al cineasta George Lucas por diez millones de dólares, la rebautizó Pixar y la convirtió en el estudio de animación más exitoso del mundo. Luego se lo vendió a Disney por 7.400 millones de dólares.
Además fundó Next Computers para concretar su visión de ordenadores personales poderosos pero elegantes. A pesar de que fue un fracaso comercial, el científico Tim Berners Lee utilizó uno para crear la world wide web (www). Jobs vendió luego la compañía a Apple.
En 1991 Jobs se casó con Laurene Powell, y tuvo tres hijos con ella. Además era padre de una hija, Lisa , de otra relación.
Cuando Jobs fue recontratado como jefe ejecutivo de Apple revitalizó la compañía con el iMac y delineó una estrategia para convertir a los productos de Apple en el centro de un estilo de vida digital que estaba emergiendo.
A pesar de que fue superado estratégicamente por su gran rival Bill Gates, de Microsoft, Jobs mantuvo la misma visión digital con la que comenzó, que sostiene que para que los ordenadores lograran su rendimiento óptimo Apple tenía que mantener el control tanto del hardware como del software. Finalmente esta pertinaz insistencia fue la base de su éxito posterior.
Apple lanzó el iPod en 2001 y en 2003 la tienda on-line de música de iTunes, que en siete años vendió más de 10.000 millones de canciones y dominó el negocio de música on-line.
El siguiente gran éxito de Jobs fue el iPhone, lanzado en 2007, que revolucionó el mercado de smartphones y está previsto que alcance un total de 100 millones de unidades vendidas para fin de año. La compañía lanzó el iPad el año pasado, lo que generó una demanda sin precedentes para tablets y vendió más de 25 millones de unidades hasta el momento. Tras sobrevivir a un cáncer de páncreas en 2004 y a un transplante de hígado en 2009, Jobs aparentemente mantenía su tenacidad, su individualismo quijotesco, la intolerancia a la incompetencia y su famoso carisma.
Este año, sin embargo, el cáncer volvió a golpearlo fuerte. Tanto que tuvo que abandonar su compañía y dejar sus creaciones. "No pierdan la fe. Tienen que encontrar qué es lo que aman... Así que sigan buscando hasta que lo hallen. No se conformen", dijo él allá por 2005. Y no se conformó. Como dijo Gates: "El impacto de Steve Jobs en el mundo durará por generaciones".