VILLA LA ANGOSTURA (Martín Belvis, enviado especial).- Mañana, cuando se cumplan cien días de la erupción de volcán Puyehue-cordón Caulle, el tránsito entre nuestro país y Chile a través del paso Samoré, quedará restablecido, aunque sólo para vehículos livianos. A pesar de que nevó por la noche y la ciudad amaneció blanca, al mediodía buena parte del camino estaba seco, y el ir y venir de los pocos autos que circulaban cerca de la frontera levantaba un polvillo blanco que hacía muy difícil la visión.
Mientras Villa La Angostura se va recuperando de a poco del mazazo que significó la lluvia de arena volcánica y los comercios comienzan a recibir a algunos turistas que se animan al cerro Bayo, en el resguardo fronterizo de Cardenal Samoré se preparan para retomar mañana la actividad que se interrumpió el 4 de junio pasado.
La nieve tapó por algunas horas la tristeza de las ramas torcidas por el peso de las cenizas y le devolvió al paisaje la claridad que perdió. Muchos aquí ven en la reapertura del paso Samoré la oportunidad para mejorar el flujo de turistas, que fue tradicionalmente un aporte considerable desde Chile.
Los que por ahora no pasarán son los camiones que importan y exportan mercadería ni los que unen Chile con Chile a través de nuestro país. Se dice que el uno de octubre volverán a pasar por Samoré, pero por ahora en la frontera nadie asegura nada, más que la opción del tránsito dirigido debe ser muy bien diagramado.
El paso se cerró el día de la erupción por los daños que se generaron (hubo hasta desmoronamientos) pero cuando Argentina comunicó que, por la contingencia, sólo podrían pasar vehículos livianos (micros hasta 24 pasajeros), Chile lo interpretó como una avanzada de Villa La Angostura para cerrar el paso de camiones por Samoré y comunicó que si no se abría para todos, el cruce seguiría cerrado del otro lado de la cordillera.
Ayer, el senador nacional Miguel Pichetto informó que se contactó con el canciller Héctor Timerman y se comunicó telefónicamente con el embajador argentino en Chile, Ginés González García, por este asunto.
"Timerman me ratificó su compromiso para obtener una solución al problema", dijo. "Y el embajador González García me confirmó que mantuvo una reunión en la Cancillería chilena, donde llevó una propuesta de la Argentina para normalizar el tránsito en el paso Samoré".
Aunque a simple vista, la mayor parte de la ruta está despejada, el polvillo (una versión refinada de la arena volcánica) tiñe de blanco el asfalto, cuando se seca. Y al paso de un auto, la nube de "harina" impide ver más allá de unos pocos metros hacia adelante.
No es muy distinto de lo que ocurrió esta semana en rutas de la Línea Sur rionegrina o en la zona de Collón Cura, en Neuquén. O en Puyehue, Chile, cerca del volcán. El polvillo se cuela por todos lados, incluso en los ojos.
Ayer por la tarde, cuando la avenida Arrayanes (en la que se convierte la ruta nacional 231 en su paso por el Cruce de Villa La Angostura) se secó, el polvillo dominó el paisaje de lo que hoy es el centro comercial de la localidad.
Mientras Villa La Angostura se va recuperando de a poco del mazazo que significó la lluvia de arena volcánica y los comercios comienzan a recibir a algunos turistas que se animan al cerro Bayo, en el resguardo fronterizo de Cardenal Samoré se preparan para retomar mañana la actividad que se interrumpió el 4 de junio pasado.
La nieve tapó por algunas horas la tristeza de las ramas torcidas por el peso de las cenizas y le devolvió al paisaje la claridad que perdió. Muchos aquí ven en la reapertura del paso Samoré la oportunidad para mejorar el flujo de turistas, que fue tradicionalmente un aporte considerable desde Chile.
Los que por ahora no pasarán son los camiones que importan y exportan mercadería ni los que unen Chile con Chile a través de nuestro país. Se dice que el uno de octubre volverán a pasar por Samoré, pero por ahora en la frontera nadie asegura nada, más que la opción del tránsito dirigido debe ser muy bien diagramado.
El paso se cerró el día de la erupción por los daños que se generaron (hubo hasta desmoronamientos) pero cuando Argentina comunicó que, por la contingencia, sólo podrían pasar vehículos livianos (micros hasta 24 pasajeros), Chile lo interpretó como una avanzada de Villa La Angostura para cerrar el paso de camiones por Samoré y comunicó que si no se abría para todos, el cruce seguiría cerrado del otro lado de la cordillera.
Ayer, el senador nacional Miguel Pichetto informó que se contactó con el canciller Héctor Timerman y se comunicó telefónicamente con el embajador argentino en Chile, Ginés González García, por este asunto.
"Timerman me ratificó su compromiso para obtener una solución al problema", dijo. "Y el embajador González García me confirmó que mantuvo una reunión en la Cancillería chilena, donde llevó una propuesta de la Argentina para normalizar el tránsito en el paso Samoré".
Aunque a simple vista, la mayor parte de la ruta está despejada, el polvillo (una versión refinada de la arena volcánica) tiñe de blanco el asfalto, cuando se seca. Y al paso de un auto, la nube de "harina" impide ver más allá de unos pocos metros hacia adelante.
No es muy distinto de lo que ocurrió esta semana en rutas de la Línea Sur rionegrina o en la zona de Collón Cura, en Neuquén. O en Puyehue, Chile, cerca del volcán. El polvillo se cuela por todos lados, incluso en los ojos.
Ayer por la tarde, cuando la avenida Arrayanes (en la que se convierte la ruta nacional 231 en su paso por el Cruce de Villa La Angostura) se secó, el polvillo dominó el paisaje de lo que hoy es el centro comercial de la localidad.