Además de ruido, los loros dañan el arbolado público.
También los huertos sufren las consecuencias.
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CHOS MALAL (ACHM).-La gran cantidad de loros que se pueden apreciar en algunos sectores de la ciudad se han transformado en molestos para los vecinos y en un problema para el arbolado urbano y para los productores frutihortícolas. Hasta hace algunos meses los principales afectados por el accionar de estos animales eran los olmos y ahora son los pinos el centro de la controversia: Los loros los destruyen de tal forma que el suelo queda plagado de trozos de ramas, hojas y piñas.
En los últimos días, la ciudad se ha visto sorprendida por aves de otro tipo, bastante más simpáticas, pero en actitud poco habitual: una bandada de patos pasea cada día por la ruta nacional 40 en el ingreso a la ciudad, y obliga a los automovilistas a detenerse para no atropellar a los integrantes del grupo.
Las aves de corral pertenecientes a una familia de la zona, se manejan ajenos al peligro que pueden generar, debido a que una curva cercana en la ruta hace que los automovilistas los vean con poco margen de maniobra. Tampoco parecen inquietarse demasiado por el eventual peligro que los vehículos son para ellos.
Aunque no en forma constante, los loros se pueden apreciar durante varias jornadas surcando el cielo en bandadas, o bien posándose en algunas árboles o en techos de viviendas, especialmente de aquellas que se encuentran ubicadas en cercanías de los sectores donde hay chacras y gran cantidad de árboles.
Además del ruido ensordecedor de estas aves que por momentos se tornan tan estridentes que es imposible escuchar cualquier otra cosa que no sea el sonido que emiten, generan otros inconvenientes en la ciudad.
Uno de esos problemas es que se posan en los techos, provocando molestias a sus moradores, pero además -y un tema bastante preocupante- son los daños que causan al arbolado urbano.
Durante meses los olmos eran el centro de la atracción de los loros que se estima son los denominados "loros barranqueros" cuyas colonias habituales se sitúan en la localidad de Tricao Malal, en la zona norte.
Ahora lo son los pinos, las aves llegan en bandada se posan sobre ellos y les provocan cuantiosos daños quedando el piso con un manto de hojas, ramas y piñas.
Pero además se instalan sobre los techos, especialmente de casas que se encuentran en el sector chacras o zonas aledañas y provocan molestias a los vecinos con sonido ensordecedor.
Para la temporada de siembra y cosecha también producen problemas a los pequeños productores frutihortícolas especialmente a quienes se dedican a la siembra de maíz.
Si los choclos no son cosechados a tiempo, amenazan seriamente estos cultivos generando pérdidas al sector, porque atacan en bandadas que no dan tregua y afectan la calidad de las hortalizas, comiendo y dañando con sus picos los productos, que ya no tendrán bueno precio o, directamente, no podrán ser vendidos.