Para la UOCRA, la mayoría de los casos se da en obras de casas particulares, inclusive las que están en barrios cerrados.
Neuquén> Uno de cada cuatro empleados de la construcción en la ciudad trabaja en negro. Así surge de las inspecciones que realizaron este mes los sabuesos de la AFIP, en medio de una campaña para garantizar que no haya fraudes al fisco y que se respeten los derechos laborales.
Ahora, la AFIP calculará la deuda de aportes con intereses y evaluará posibles multas para los empleadores, que pueden llegar al 400% de ese monto.
El trabajo en negro en el sector tiene mayor impacto que en otras áreas de la economía. Las inspecciones que realizó la AFIP en los primeros cinco meses del año en la región –incluyendo otros rubros como comercio y agro- dieron como resultado un 20% de empleo en negro, una tasa menor que en la construcción.
Según datos de la Cámara de la Construcción en Neuquén, una empresa que no registra a sus empleados afronta la mitad de los costos que una que los mantiene en blanco. El impacto de esta diferencia en el costo final de la obra ronda el 20%. Es decir que además de perjudicar a los propios trabajadores, esta situación pone en desventaja a las firmas con papales en regla.
Obras
El titular la UOCRA en Neuquén, Víctor Carcar, aseguró que la mayoría de los casos de empleo en negro en el sector se da en las casas particulares. “En general, hay cuadrillas de cuatro o cinco obreros, uno es monotributista y el resto no está registrado”, aseguró el gremialista.
“Años atrás el arquitecto hacía el desarrollo de la casa y después se contrataba una empresa; ahora, los arquitectos hacen todo, desarrollo y dirección de obra y contratan cuadrillas, muchas veces en negro”, detalló.
Carcar explicó el trabajo irregular no suele darse en grandes construcciones, que en general están más expuestas a los controles de AFIP y el Ministerio de Trabajo.
Además, explicó que la situación trasciende clases sociales. “Hay trabajo en negro también en los barrios cerrados”, dijo y reveló el curioso mecanismo por el que optan los consorcios: “Exigen un seguro contra todo riesgo para evitar tener consecuencias legales en caso de que haya un accidente, pero no se fija si el obrero hace aportes o no”.
Así lo determinó un relevamiento que la AFIP realizó en una decena de obras de la ciudad.