Por CECILIA SOBERÓN
Juan Carlos Giannattasio, intendente de Plaza Huincul, dijo en voz alta lo que era una verdad advertida y señalada por casi todos los vecinos y habitantes de Plaza Huincul: la cantidad de empleados municipales excede las necesidades de la comuna.
Los números fueron muy claros al inicio de la gestión de Alberto Crespo y son evidentes, más que nunca, en el inicio de la gestión de Giannattasio. Porque los recursos económicos que llegan en concepto de coparticipación no alcanzan para pagar los sueldos.
La situación era grave en 2007 pero se acentuó la crisis porque Crespo incorporó 70 personas de su propio riñón en el primer mes de gestión. Claro que después, entre tantas rencillas y peleas, terminó con algunos pocos y la cantidad, en definitiva, no se modificó tanto.
Juan Carlos Giannattasio, intendente de Plaza Huincul, dijo en voz alta lo que era una verdad advertida y señalada por casi todos los vecinos y habitantes de Plaza Huincul: la cantidad de empleados municipales excede las necesidades de la comuna.
Los números fueron muy claros al inicio de la gestión de Alberto Crespo y son evidentes, más que nunca, en el inicio de la gestión de Giannattasio. Porque los recursos económicos que llegan en concepto de coparticipación no alcanzan para pagar los sueldos.
La situación era grave en 2007 pero se acentuó la crisis porque Crespo incorporó 70 personas de su propio riñón en el primer mes de gestión. Claro que después, entre tantas rencillas y peleas, terminó con algunos pocos y la cantidad, en definitiva, no se modificó tanto.
Pero el panorama para Giannattasio es complejo, ya que la prolijidad que intenta aplicar en la administración de las cuentas no se traduce en la reducción salarial.
Lo positivo hasta ahora es que Giannattasio no se negó a atender los casos que se le presentan al frente de su oficina pero tampoco se compromete a dar soluciones que después no se hacen realidad. Es decir que adoptó una postura recia en la que prevalece el discurso de que no hay dinero.
Pero una cosa son los problemas individuales de algunos vecinos y otra más compleja es el conjunto de los empleados municipales. Porque admitir que hay un problema, en este caso una planta estable sobredimensionada, no implica que pueda conseguir soluciones rápidamente.
Medidas posibles
De manera casi tímida, Giannattasio consideró que podrían evaluarse métodos de jubilación anticipada, lo que tendría rápidamente seguidores y detractores.
Es una medida que recuerda aquellas épocas del neoliberalismo pero que también resulta elegante a la hora de despedir empleados.
Otro problema es que le sobran empleados en la nómina de pago pero le faltan trabajadores capacitados para determinadas áreas. Y ya tiene comprometido un número importante de subsidios al desempleo con fondos municipales, por lo que tiene muy poco margen de maniobra para afrontar otro de los problemas prioritarios: la deficiencia en la prestación de servicio. Porque no sólo son muchos empleados sino que además no cumplen satisfactoriamente con los servicios que se le requieren. La prueba de fuego será la próxima reunión con el gremio ATE, que se realizará en el mes de diciembre. De la postura de Giannattasio se sabrá si está decidido a implementar un cambio o si incrementará aún más la masa salarial.