El viento, la falta de luz, y las cenizas castigaron a los angosturenses en una jornada que resultó la más dura desde que hizo erupción el volcán. Piden que la población no salga a la calle y no use sus vehículos. Se mantiene el Alerta Roja. Un 70 % de los habitantes no tiene luz desde el sábado, algunos desde hace más de una semana.
La población de Villa la Angostura sufrió ayer el castigo más duro desde que comenzó la crisis por la erupción del complejo volcánico Cordón Caulle, en Chile.
Fue un día de furia. La lluvia de cenizas cayó durante toda la jornada y con el viento que sopló la visibilidad fue casi nula en varios tramos del día.
Caminar por las calles de la Villa fue un martirio. La cenizas caían y volaban en todas direcciones, se filtraban por todas partes y sus efectos se sentían en la cara, las manos y sobre todo en los ojos si no se portaban antiparras.
“La situación está contenida, no controlada porque no dominamos las variables”, afirmó ayer el secretario de Defensa Civil del municipio, David Tressens, en el centro de emergencias que opera en la Casa de la Cultura.
El peor día
Desde la central del EPEN informaron que “fue el peor día” desde que está la crisis y admitieron que por las dificultades no pudieron realizar el trabajo que habían programado para reponer el servicio en la localidad.
Sólo pudieron reponer el servicio en el barrio Calafate, la parte norte del barrio Las Balsas, lo que faltaba del Mallín y Los Volcanes. Y anoche se cortó la electricidad en el barrio El Once que era uno de los pocos donde se había normalizado la situación. Hoy, intentarán reponer el servicio en otros sectores.
Irónicamente el Jefe de la central local del EPEN, Javier Abraham, estaba en los estudios de AVC Canal 4 para salir por el noticiero AVC Noticias y explicar, mediante la televisión en los pocos barrios que tienen luz, y con la radio pues se emite en dúplex con FM La Jungla, la situación de la luz, pero minutos antes de salir al aire explotó un aislador en el barrio El Once y la emisión tuvo que suspenderse.
La falta de electricidad está causando angustia en algunas familias que llevan más de una semana sin energía. Es el efecto que más afecta a la población que sigue en alerta amarilla y sin clases en todos los niveles educativos.
El agua potable
La red de agua potable está funcionando en la mayor parte de la Villa. Pero la lluvia de ceniza que cayó desde el lunes por la tarde y ayer causó varios trastornos en las tomas de agua ubicadas en los arroyos, como el Colorado, indicó el director de Medio Ambiente Daniel Meier.
Ayer por la tarde, personal del EPAS evaluaban con Meier alternativas para poder paliar la crisis y mantener el servicio.
Por fortuna, los grupos electrógenos que se instalaron en las tomas de agua, como por ejemplo las emplazadas en Quetrihue, garantizan hasta el momento el bombeo normal del suministro.
Las cuadrillas del personal municipal de Obras y Servicios Públicos están agotadas por los extensos turnos que deben realizar.
A los problemas de las cenizas se sumaron las cuatro o cinco roturas de cañerías y hasta un caño maestro en la zona del barrio Mallín, porque las máquinas que trabajan en retirar la arena volcánica acumulada las pasaron a llevar.
Ayer, el personal estuvo abocado a solucionar también ese tipo de problemas.
Un grupo de unos treinta cadetes de la Policía provincial trabajó en las tareas de limpieza en la zona del Mallín y Calafate. Mientras las máquinas intentaban despejar las calles de acceso.
Equipos de trabajo
Desde el Comando de Incidentes, que funciona en la Casa de la Cultura, se dispuso que siete equipos de trabajo visiten a vecinos de acuerdo a un cronograma desde la periferia hacia el centro proveyendo barbijos, folletos con medidas preventivas e informando sobre la situación.
Los cortes de las rutas nacionales 40 y 231, 234 y 237 siguen vigentes desde las 19 hasta las 8 por la escasa visibilidad y como medida de prevención.
Todos en Villa La Angostura cruzan los dedos para que el volcán cese su emisión de cenizas.
Los grupos de voluntarios siguen con las tareas de limpieza de techos y de los accesos a las viviendas de aquellas familias o personas que no pueden hacerlo. Ayer, un grupo de jóvenes voluntarios trabajó en el barrio Los Volcanes y otro grupo en El Mallín.
La población de Villa la Angostura sufrió ayer el castigo más duro desde que comenzó la crisis por la erupción del complejo volcánico Cordón Caulle, en Chile.
Fue un día de furia. La lluvia de cenizas cayó durante toda la jornada y con el viento que sopló la visibilidad fue casi nula en varios tramos del día.
Caminar por las calles de la Villa fue un martirio. La cenizas caían y volaban en todas direcciones, se filtraban por todas partes y sus efectos se sentían en la cara, las manos y sobre todo en los ojos si no se portaban antiparras.
“La situación está contenida, no controlada porque no dominamos las variables”, afirmó ayer el secretario de Defensa Civil del municipio, David Tressens, en el centro de emergencias que opera en la Casa de la Cultura.
El peor día
Desde la central del EPEN informaron que “fue el peor día” desde que está la crisis y admitieron que por las dificultades no pudieron realizar el trabajo que habían programado para reponer el servicio en la localidad.
Sólo pudieron reponer el servicio en el barrio Calafate, la parte norte del barrio Las Balsas, lo que faltaba del Mallín y Los Volcanes. Y anoche se cortó la electricidad en el barrio El Once que era uno de los pocos donde se había normalizado la situación. Hoy, intentarán reponer el servicio en otros sectores.
Irónicamente el Jefe de la central local del EPEN, Javier Abraham, estaba en los estudios de AVC Canal 4 para salir por el noticiero AVC Noticias y explicar, mediante la televisión en los pocos barrios que tienen luz, y con la radio pues se emite en dúplex con FM La Jungla, la situación de la luz, pero minutos antes de salir al aire explotó un aislador en el barrio El Once y la emisión tuvo que suspenderse.
La falta de electricidad está causando angustia en algunas familias que llevan más de una semana sin energía. Es el efecto que más afecta a la población que sigue en alerta amarilla y sin clases en todos los niveles educativos.
El agua potable
La red de agua potable está funcionando en la mayor parte de la Villa. Pero la lluvia de ceniza que cayó desde el lunes por la tarde y ayer causó varios trastornos en las tomas de agua ubicadas en los arroyos, como el Colorado, indicó el director de Medio Ambiente Daniel Meier.
Ayer por la tarde, personal del EPAS evaluaban con Meier alternativas para poder paliar la crisis y mantener el servicio.
Por fortuna, los grupos electrógenos que se instalaron en las tomas de agua, como por ejemplo las emplazadas en Quetrihue, garantizan hasta el momento el bombeo normal del suministro.
Las cuadrillas del personal municipal de Obras y Servicios Públicos están agotadas por los extensos turnos que deben realizar.
A los problemas de las cenizas se sumaron las cuatro o cinco roturas de cañerías y hasta un caño maestro en la zona del barrio Mallín, porque las máquinas que trabajan en retirar la arena volcánica acumulada las pasaron a llevar.
Ayer, el personal estuvo abocado a solucionar también ese tipo de problemas.
Un grupo de unos treinta cadetes de la Policía provincial trabajó en las tareas de limpieza en la zona del Mallín y Calafate. Mientras las máquinas intentaban despejar las calles de acceso.
Equipos de trabajo
Desde el Comando de Incidentes, que funciona en la Casa de la Cultura, se dispuso que siete equipos de trabajo visiten a vecinos de acuerdo a un cronograma desde la periferia hacia el centro proveyendo barbijos, folletos con medidas preventivas e informando sobre la situación.
Los cortes de las rutas nacionales 40 y 231, 234 y 237 siguen vigentes desde las 19 hasta las 8 por la escasa visibilidad y como medida de prevención.
Todos en Villa La Angostura cruzan los dedos para que el volcán cese su emisión de cenizas.
Los grupos de voluntarios siguen con las tareas de limpieza de techos y de los accesos a las viviendas de aquellas familias o personas que no pueden hacerlo. Ayer, un grupo de jóvenes voluntarios trabajó en el barrio Los Volcanes y otro grupo en El Mallín.