El candidato a diputado de UNE e integrante del Frente que candidatea a Martín Farizano y Nanci Parrilli a la gobernación, eligió reafirmar la existencia crónica de problemas no resueltos por el gobierno para despegarse políticamente de las acusaciones formuladas desde el gobierno por una supuesta coordinación político- sindical en las protestas.
El candidato a diputado e integrante del Frente Neuquino por UNE, Mariano Mansilla, difundió este miércoles una carta dirigida al gobernador Jorge Sapag, en la que le imputa no haber resuelto los problemas que provocan las protestas y movilizaciones sindicales en Neuquén y en la que hace una enérgica defensa del rol de la oposición, a la que atribuye haber “sostenido la institucionalidad” durante los difíciles días de la crisis de abril de 2007.
“Los problemas en el área de salud y educación son los mismos, repetidos año a año”, señala en el documento Mansilla, y le recuerda a Sapag que “su rol, hasta el día en el que pidió licencia para dedicarse a la campaña electoral en la que usted compite para ser reelecto, era solucionar esos problemas”, para después afirmar que “no lo hizo”.
Anticipamos aquí el texto completo de la carta que envió Mansilla a Sapag:
“Señor gobernador:
En sus últimos actos de campaña ha mencionado que el Frente Neuquino que integro organiza las protestas sociales que se desarrollan en nuestra provincia. Sus frases del estilo de “así no se juntan votos” y la acusación directa de su ministro Leandro Bertoya, parecen un intento desesperado por embarrar la contienda electoral.
Las elecciones generales permiten a los ciudadanos elegir entre varios proyectos políticos, aquél que les ofrezca el mejor gobierno para los siguientes 4 años.
Para ello existe lo que se llaman “campañas electorales”, en las que -a través de diferentes mecanismos publicitarios y de difusión- los candidatos exponen sus ideas.
Pero un gobierno es otra cosa, muy distinta. Los gobiernos son elegidos para resolver los problemas del pueblo. El pueblo de Neuquén ha tenido, en estos últimos diez años, muchos problemas no resueltos. Ha tenido más de quinientos días sin clases, cientos de cortes de ruta y huelgas de trabajadores de distintas áreas que se aplazaron pero nunca se resolvieron. Sólo en el caso del Estado que usted administra con un presupuesto extremadamente holgado, los problemas en el área de salud y educación son los mismos repetidos año a año.
Todos los años en febrero las escuelas se caen a pedazos. Todos los años los hospitales disminuyen sus servicios. Todos los años los recursos energéticos que recibe nuestra provincia se cuentan por miles de millones y no disminuyen los pobres, aumentan las tomas y se multiplican las deudas con las comunidades del interior, que en el caso de la zona norte se acercan peligrosamente a una situación de abandono.
Su rol, hasta el día en el que pidió licencia para dedicarse a la campaña electoral en la que usted compite para ser reelecto, era solucionar esos problemas. No lo hizo y hoy, como candidato, prefiere buscar culpas en aquellos que no tuvimos ni tenemos la responsabilidad de solucionar esos conflictos.
Las fuerzas políticas que integramos este frente tenemos una rica historia acompañando y sosteniendo la democracia. Hemos realizado, en muchas ocasiones, grandes esfuerzos velando por los derechos de todos los ciudadanos. En la Convención Constituyente del 2005, cuando su gobierno quiso entregar el petróleo a las multinacionales, tuvo la altura histórica para unirse y defender con éxito el texto de nuestra Constitución. En el 2007, luego del asesinato de Carlos Fuentealba, cuando 30 mil personas se expresaban en las calles y el entonces gobernador salía disfrazado de policía de la casa de gobierno, fue necesaria toda la clase política para sostener la institucionalidad de un gobierno que se desmoronaba.
Las livianas palabras de su ministro y algunos párrafos de su discurso de ayer, son cuanto menos irresponsables y no aportan la seriedad y madurez que requiere este momento. No es echando culpas afuera como se podrán arreglar los problemas de toda una sociedad.
Los ciudadanos somos rehenes de un conflicto permanente, que de tan largo ya permite que nos preguntemos sobre la capacidad y la intención de resolverlo que tiene su gobierno.
Los partidos políticos, que participamos de esta campaña electoral, tenemos el desafío, la oportunidad y la responsabilidad de aportar ideas que permitan un mejor futuro a nuestros vecinos. En nuestro caso, estamos cumpliendo con ese rol y la sociedad nos evaluará el próximo 12 de junio. Mientras tanto, el gobierno que usted encabeza –independientemente de su licencia- tiene la obligación de cumplir con su trabajo.
Sin otro particular me despido de Ud. atentamente.
Mariano Mansilla”
El candidato a diputado e integrante del Frente Neuquino por UNE, Mariano Mansilla, difundió este miércoles una carta dirigida al gobernador Jorge Sapag, en la que le imputa no haber resuelto los problemas que provocan las protestas y movilizaciones sindicales en Neuquén y en la que hace una enérgica defensa del rol de la oposición, a la que atribuye haber “sostenido la institucionalidad” durante los difíciles días de la crisis de abril de 2007.
“Los problemas en el área de salud y educación son los mismos, repetidos año a año”, señala en el documento Mansilla, y le recuerda a Sapag que “su rol, hasta el día en el que pidió licencia para dedicarse a la campaña electoral en la que usted compite para ser reelecto, era solucionar esos problemas”, para después afirmar que “no lo hizo”.
Anticipamos aquí el texto completo de la carta que envió Mansilla a Sapag:
“Señor gobernador:
En sus últimos actos de campaña ha mencionado que el Frente Neuquino que integro organiza las protestas sociales que se desarrollan en nuestra provincia. Sus frases del estilo de “así no se juntan votos” y la acusación directa de su ministro Leandro Bertoya, parecen un intento desesperado por embarrar la contienda electoral.
Las elecciones generales permiten a los ciudadanos elegir entre varios proyectos políticos, aquél que les ofrezca el mejor gobierno para los siguientes 4 años.
Para ello existe lo que se llaman “campañas electorales”, en las que -a través de diferentes mecanismos publicitarios y de difusión- los candidatos exponen sus ideas.
Pero un gobierno es otra cosa, muy distinta. Los gobiernos son elegidos para resolver los problemas del pueblo. El pueblo de Neuquén ha tenido, en estos últimos diez años, muchos problemas no resueltos. Ha tenido más de quinientos días sin clases, cientos de cortes de ruta y huelgas de trabajadores de distintas áreas que se aplazaron pero nunca se resolvieron. Sólo en el caso del Estado que usted administra con un presupuesto extremadamente holgado, los problemas en el área de salud y educación son los mismos repetidos año a año.
Todos los años en febrero las escuelas se caen a pedazos. Todos los años los hospitales disminuyen sus servicios. Todos los años los recursos energéticos que recibe nuestra provincia se cuentan por miles de millones y no disminuyen los pobres, aumentan las tomas y se multiplican las deudas con las comunidades del interior, que en el caso de la zona norte se acercan peligrosamente a una situación de abandono.
Su rol, hasta el día en el que pidió licencia para dedicarse a la campaña electoral en la que usted compite para ser reelecto, era solucionar esos problemas. No lo hizo y hoy, como candidato, prefiere buscar culpas en aquellos que no tuvimos ni tenemos la responsabilidad de solucionar esos conflictos.
Las fuerzas políticas que integramos este frente tenemos una rica historia acompañando y sosteniendo la democracia. Hemos realizado, en muchas ocasiones, grandes esfuerzos velando por los derechos de todos los ciudadanos. En la Convención Constituyente del 2005, cuando su gobierno quiso entregar el petróleo a las multinacionales, tuvo la altura histórica para unirse y defender con éxito el texto de nuestra Constitución. En el 2007, luego del asesinato de Carlos Fuentealba, cuando 30 mil personas se expresaban en las calles y el entonces gobernador salía disfrazado de policía de la casa de gobierno, fue necesaria toda la clase política para sostener la institucionalidad de un gobierno que se desmoronaba.
Las livianas palabras de su ministro y algunos párrafos de su discurso de ayer, son cuanto menos irresponsables y no aportan la seriedad y madurez que requiere este momento. No es echando culpas afuera como se podrán arreglar los problemas de toda una sociedad.
Los ciudadanos somos rehenes de un conflicto permanente, que de tan largo ya permite que nos preguntemos sobre la capacidad y la intención de resolverlo que tiene su gobierno.
Los partidos políticos, que participamos de esta campaña electoral, tenemos el desafío, la oportunidad y la responsabilidad de aportar ideas que permitan un mejor futuro a nuestros vecinos. En nuestro caso, estamos cumpliendo con ese rol y la sociedad nos evaluará el próximo 12 de junio. Mientras tanto, el gobierno que usted encabeza –independientemente de su licencia- tiene la obligación de cumplir con su trabajo.
Sin otro particular me despido de Ud. atentamente.
Mariano Mansilla”