En pleno ejido urbano, el Laboratorio de Arqueología y Etnohistoria encontró dos estructuras funerarias singulares. Según las hipótesis en curso, corresponden a individuos que habitaron este territorio 500 años atrás, cuyas manos fueron cortadas en vida por los conquistadores según una práctica habitual de castigo.
Alberto Pérez dirige el laboratorio municipal de Arqueología y Etnohistoria, que depende de la Secretaría de Planificación y Desarrollo Sustentable. Charlar con él supone ingresar en un mundo fascinante que está acá mismo aunque lejos de la cotidiana. Supone entender que el lugar donde vivimos tiene una historia para contar.
Un hallazgo notable
El caso que nos ocupa es fascinante. Un vecino de la ciudad hacía un pozo en su jardín, ubicado en pleno ejido urbano, cuando dio con algo que llamó su atención. Se puso en contacto telefónico con Guardas Ambientales, el llamado siguió los carriles previstos y así llegó al Laboratorio, que de inmediato se puso en marcha.
Lo que halló, en principio, fue evidencia de un asentamiento humano muy antiguo. Allí, cuarenta centímetros por debajo del nivel que hoy tiene nuestro territorio tras siglos de sedimentación, fueron rescatados instrumentos de uso cotidiano. Pero no solo eso, también dos estructuras funerarias.
En los restos hallados pudo verificarse patologías traumáticas. Uno de los cuerpos había sufrido la mutilación de ambas manos. El segundo, de solo una. El patrón funerario coincide con el de los valles centrales de Chile. Los cuerpos no reposaban en cúmulos de piedra –como es habitual en la estepa– sino en pozos excavados. Ambos difuntos en posición fetal, con las cabezas hacia abajo, con los cuerpos proyectados hacia el poniente.
Está en curso el proceso de datación de los restos. Por ahora, estima Pérez, es razonable calcular que corresponden a personas que habitaron el lugar en alrededor del año 1550. De ser así, los restos hallados corresponderían a una etnia antecesora de los mapuche que en el encuentro con el conquistador se llama a sí misma Reche, palabra que que significa “gente verdadera”.
Razones de la hipótesis
Durante los primeros cincuenta años de conquista, los españoles ingresaban por Valdivia y llegaban hasta Villarica buscando oro. En su camino sometían a las poblaciones originarias, consideradas por ellos súbditas del Rey, obligándolas a pagar tributos en especias, a trabajar en minas, o a producir alimentos para los colonizadores.
Pedro de Valdivia documentó en el año 1550 que incumplir esa clase de requerimientos era considerado un delito de lesa majestad. Una de las penas aplicables era la mutilación en masa. Se reunía a una población entera para cortarle manos, narices u orejas a modo de salvaje castigo.
El hallazgo de cuerpos mutilados hace pensar que nuestro territorio no estaba aislado del embate colonizador.
Porqué se piensa que las mutilaciones fueron realizadas en vida y no cómo práctica post mortem
Uno de los cuerpos, el que fue mutilado en ambas extremidades, muestra además una patología en la boca. Exhibe una fuerte proyección de la mandíbula hacia adelante y sus dientes muestran un desgaste muy particular. “Yo solo había visto algo así en poblaciones neandertales que usaban la boca como herramienta”, asegura Pérez. “En este caso, el desgaste indica que utilizaban la boca para acarrear peso en sustitución de las manos mutiladas. No falta ninguna pieza dentaria, pero hay separaciones notables entre algunas de ellas y este acarreo de peso derivó en una tercera patología, ubicada en el occipital, observable a simple vista”.
Entusiasmo
“Recién estamos en las etapas preliminares del estudio, trabajando junto a científicos franceses y españoles. En particular con Guillaume Boccara, especializado en la documentación de mutilaciones durante los primeros 50 años de conquista española y, a entender de Pérez, uno de los mejores antropólogos del mundo. “Boccara ha estudiado en profundidad las relaciones de poder establecidas entre españoles e indígenas en ese período”.
Soy un científico y como tal me paro ante lo arqueológico, pero este hallazgo en particular tiene algo diferente. Es como si los cuerpos hubiesen aparecido para contaros su historia. La información que nos están brindando es riquísima. Me topé de golpe con un hallazgo que conduce a repensar todo lo que sabíamos sobre este lugar. No es frecuente que pase algo así”.
Fotos no
Argentina adhiere a una resolución de la UNESCO que propone la no exhibición de restos humanos de pueblos originarios. Sin bien la provincia de Salta tiene momias en exhibición, la decisión del laboratorio municipal es respetar la resolución mencionada.
Disposición final de los restos
Una vez que terminen de realizarse los estudios que permitan fechar los cuerpos y determinar sus identidades mitocondriales (ADN), se tomará una decisión con el consenso de los pueblos originarios de San Martín de los Andes. Por ahora, el Estado se ocupó de impedir que resultaran destruidos.
Un trabajo delicado
En general, todo momento de hallazgo arqueológico es tardío, señala Pérez. “Ocurre cuando alguien ya metió una pala o una excavadora. Sin embargo es importante difundir el trabajo que realizamos para que la gente esté atenta. Muchos creen que este lugar lleva poco tiempo habitado y no es así. Por primera vez se está haciendo un estudio integral y sistemático de eso que está en todas partes y cada tanto aparece”.