El edificio actual no tiene vías de evacuación adecuadas, trabaja al límite en internaciones y sufre el colapso en el sistema de climatización. Butigué anunció que ya tiene el aval del gobernador para la nueva sede en la Meseta.
Desde la dirección señalan que la construcción demoraría 6 años y no reemplaza a las inversiones urgentes. Trabajadores advierten que la estructura "se viene abajo" y piden mudarse del centro.
Neuquén > El hospital Castro Rendón funciona con su capacidad de internación al límite y sufre numerosos problemas de infraestructura, como la falta de vías de evacuación adecuadas y el colapso del sistema de climatización. Ante las constantes quejas de empleados y pacientes, el ministro de Salud, Rubén Butigué, confirmó ayer que están avanzando en un plan de traslado a una nueva sede en la Meseta y que ya tiene el aval del gobernador.
El director del centro de salud, Adrián Lammel, elogió la iniciativa pero advirtió que la obra demoraría al menos 6 años y dijo que “se necesitan inversiones para que esto funcione hoy”. “Creo que una cosa no quita la otra, porque cualquier edificio de la envergadura que requiere este hospital demoraría como mínimo unos 6 años y, si bien se necesita un lugar nuevo, tenemos espacios en el edificio actual que quedaron obsoletos”, expresó Lammel.
Indicó que, por el constante aumento de la demanda, “se necesitan inversiones para que esto funcione hoy”, dado que abundan los problemas “que tienen que ver con la infraestructura antigua” del hospital. La institución lleva ya un siglo de existencia, con 78 años en la sede actual de Buenos Aires y Talero.
Juan Millapán, de la junta interna de ATE dentro del Castro Rendón, fue más crítico con el anuncio, al que calificó de “declaración política” y advirtió que “en el hospital tenemos información de que no están ni los planos de esa obra”.
También cuestionó que se proyecte la nueva sede en la Meseta y anticipó que los trabajadores buscarán evitar esa ubicación. Explicó que “el nuevo hospital se necesita urgente porque trabajamos en internación a cama caliente, o sea que las habitaciones no duran una hora hasta que se ocupan de nuevo, pero estratégicamente no corresponde alejarnos del centro, por eso vamos a impulsar que se use la Unidad 9, en lugar de destinarla a un negociado inmobiliario”. Añadió que, por el mismo motivo, reclamarán que el viejo edificio se conserve para la atención sanitaria.
Más problemas
Entre otros inconvenientes, el gremialista señaló que la sede actual del Castro Rendón “no tiene salidas de emergencia del 2º al 5º piso; eso lo advertimos después de lo que pasó con la Cooperativa Obrera”.
Sobre esa falencia, Lammel evitó dar precisiones pero confirmó que “algunos lugares hoy no están con las características de seguridad que necesitan”.
Otro problema es la falta de climatización en varias áreas. “La parte histórica sí tiene el servicio pero no da abasto para los sectores que se hicieron después y esto no es de ahora, lo venimos denunciando desde hace años: en verano los compañeros se tienen que llevar el ventilador y en invierno usan estufas eléctricas”, planteó Millapán.
Sobre la climatización, Butigué explicó que hubo una licitación “que no resultó conveniente” por lo que se está haciendo un nuevo llamado. Ese anuncio también provocó rechazo entre los trabajadores del hospital. “Si sale ahora, el aire acondicionado lo vamos a tener para el invierno y esto viene desde hace 10 años, sólo que salimos porque hace unos días se nos descompusieron tres chiquitos”, sostuvo Belén Zúñiga, delegada del sector Pediatría.
También opinó que antes de construir una sede nueva “tendrían que ocuparse de abastecer este hospital, que cada vez se viene más abajo”.