Un papa argentino buscará renovar la Iglesia
El cardenal Jorge Bergoglio asumió como Francisco. Es el primer pontífice latinoamericano.
CIUDAD DEL VATICANO .-El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se transformó sorpresivamente en la figura de consenso elegida por la Iglesia Católica para liderar un cambio en uno de sus momentos más difíciles y, bajo el nombre de Francisco, se transformó en el primer papa latinoamericano de la historia.
"Queridos hermanos y hermanas. Buenas noches. Ustedes saben que el deber del cónclave es elegir al obispo de Roma y parece que mis queridos hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo. Pero estamos aquí. Les doy las gracias por la acogida y las gracias a la ciudad de Roma como su obispo", fueron las primeras palabras del nuevo papa desde el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano, ante una multitud que estalló de júbilo y se mostró esperanzada en el nuevo liderazgo.
Bergoglio, de 76 años, no figuraba en ningún pronóstico antes del cónclave; pero el arzobispo de Buenos Aires, un jesuita, se convirtió en el papa número 266 tras la quinta votación de los 115 cardenales electores.
Considerado un hombre sencillo, de carácter moderado pero firme, ortodoxo en lo doctrinario y flexible en lo social, la intención de cambio que encarna Bergoglio se reflejó desde la elección del nombre para su pontificado, que rompió con una larga tradición de nombres papales.
Francisco, el joven acaudalado de Asís que renunció a las riquezas y fundó la orden de los franciscanos en 1290, es un santo italiano muy querido que se identifica con la paz, la pobreza y un estilo de vida sencillo.
La elección del nombre podría ser indicio de las prioridades del papa para empeñarse en llevar serenidad a la atribulada Iglesia Católica, azotada por problemas financieros, migración de fieles a otras religiones, escasez de vocaciones sacerdotales, escándalos sexuales y de luchas internas de poder.
El sumo pontífice de los 1.200 millones de católicos en todo el mundo salió al balcón vistiendo una sencilla sotana blanca, con una cruz en el pecho como único emblema y saludó a la multitud que aguardaba en la plaza San Pedro. Y en un gesto sin precedentes se agachó en señal de sumisión hacia la gente.
"Antes de nada quiero pedirles un favor, quiero rezar una oración por nuestro papa emérito Benedicto XVI, oremos todos juntos por él para que el Señor lo bendiga y la virgen lo guarde", dijo el pontífice y comenzó a rezar el Padre Nuestro y después el Ave María. En una breve intervención, dijo que ahora comienza "un camino" para que el que pidió que recen "unos por otros para que haya una gran fraternidad". "Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea de evangelización".
Además, pidió rezar en silencio por él para que Dios le ayude en su labor y la multitud guardó silencio unos minutos. Seguidamente concedió la bendición "urbi et orbi" y antes de despedirse anunció que hoy irá a rezar a la virgen para que custodie la iglesia de Roma.
En uno de los cónclaves más breves de la historia, el argentino fue elegido sobre las 19 de Roma (15 de Argentina) en la quinta votación. A esa hora se vio la fumata blanca por la chimenea de la Capilla Sixtina, mientras las campanas repiqueteaban para anunciar así que la Iglesia católica ya contaba con su papa número 266.
Casi una hora después, el cardenal protodiácono, el francés Jean-Louis Tauran, se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro y anunció a la multitud allí concentrada "Habemus Papam".
En la plaza de San Pedro, un gesto casi de incredulidad se advirtió entre las decenas de miles de personas que esperaban para saludar al nuevo pontífice entre gritos de "¡Viva el papa!''.
La decisión se tomó prácticamente en 24 horas. En una primera votación el martes, ninguno de los 115 purpurados consiguió los dos tercios. El estadounidense Timothy Dolan reveló que una vez que se alcanzó la mayoría necesaria de 77 papeletas, los cardenales comenzaron a aplaudir. "No había un sólo ojo que no estuviera lloroso'', relató Dolan.
Francisco no es el primer pontífice de habla hispana porque en el pasado hubo papas españoles .
Pero su elección marca un importante hito para América Latina, que reúne a la mayor población católica del planeta: 501 millones de personas, el 42% del total de 1.200 millones de fieles.
Tras la renuncia de Benedicto XVI se había especulado con la posibilidad de que la Iglesia buscara un papa más joven.
Se barajaron nombres como el del italiano de Milán Angelo Scola y el brasileño Odilo Scherer. Pero los 115 cardenales electores hicieron añicos las quinielas, superaron sus teóricas divisiones con más rapidez de lo previsto y se inclinaron finalmente por el jesuita, quien en el cónclave de 2005 fue considerado un posible papable antes de dejar vía libre a Benedicto XVI. Una de las primeras decisiones del nuevo papa será visitar a su predecesor en Castel Gandolfo.
Francisco enfrenta una Iglesia en crisis. Las finanzas de la Santa Sede, en particular de la banca vaticana, han quedado en entredicho por acusaciones de corrupción. Ese asunto, unido al famoso caso Vatileaks, la filtración de documentos confidenciales de Benedicto XVI, ha marcado las reuniones previas al cónclave.
Los cardenales parecen haber merituado el trabajo de Bergoglio por modernizar la Iglesia argentina, entre las más conservadoras de Latinoamérica. El flamante pontífice se ha destacado por su austeridad y bajo perfil. Vivió en un sencillo departamento, durante años se movilizó en transporte público y cocinó sus propias comidas. Se le considera moderado con mentalidad flexible, aunque sus posiciones doctrinales y espirituales coinciden con el legado de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Sus críticos lo acusan de no haber enfrentado públicamente a la dictadura militar de 1976 a 1983. En los últimos años mantuvo una tensa relación con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que sin embargo ayer aplaudieron y lo felicitaron por su designación. (AP/AFP/DPA)