Santino nació prematuro y con los signos vitales muy bajos. Los médicos creyeron que había fallecido, pero cuando la abuela pidió verlo, notó que se movía. Su estado es grave
El parto fue muy breve. La médica no tuvo siquiera que pedirle a Gisele Franco, de 21 años, que pujara porque su hijo nació en minutos, pero nunca lloró. Llevaba 25 semanas de gestación y pesó 660 gramos.
"Tu bebé tuvo complicaciones y murió, mamá", le dijo la ginecóloga que la atendió, según contó Gisel al diario Clarín. Su mamá, Viviana, quiso ver a su nieto y allí se llevó la sorpresa: "La médica sacó de abajo de una mesada una chata de plástico blanca. Estaba en el piso, tapada con un trapo verde", recordó la mujer.
Apenas miró hacia esa pelela, Viviana observó que el bebé se movía.
"No mami, son reflejos", insistió la ginecóloga. "No. Está vivo.
¡Levántenlo de ahí!", gritó la mujer, a lo que la médica finalmente
accedió al pedido y "sin ganas lo apoyó sobre la mesada y comenzó a limpiarlo”, comentó la abuela de Santino.
A los pocos minutos llegó una pediatra, que para Gisel y Viviana es un ángel porque “fue la única que se hizo cargo de la situación. Lo masajeó, le puso oxígeno y lo tapó con algodón. Vio que el corazón latía".
El bebé fue trasladado desde el Hospital de Pilar, donde nació, hasta
el Materno Infantil de Derqui. Según Gisel, nadie les explicó qué había
pasado con Santino ni les preguntó si necesitaban algo.
A once días de su “segundo nacimiento”, Santino pesa unos 540 gramos. Los médicos del Hospital de Derqui explicaron que tiene un pequeño derrame cerebral y una fisura en el corazón que intentan cerrar con medicación. Tuvieron que hacerle dos transfusiones y sigue con respirador. "Es día a día. Paso a paso", contaron al matutino.
El director del hospital Sanguinetti, Gustavo Niotti, explicó que los
prematuros “suelen ser bebés deprimidos graves, hipotónicos, flácidos,
que remedan muertos". De todas formas, aclaró que la médica ya fue apartada del cargo y se le inició un sumario administrativo. También aseguró que será echada de la institución si se comprueba que hubo mala praxis.