NEUQUÉN (AN) - Un joven padre de siete hijos se roció ayer con combustible en la puerta de Casa de Gobierno y amenazó con prenderse fuego a lo bonzo si desde el Estado no le conseguían a su familia un lugar donde ir a vivir.
El hombre, que fue identificado por la policía como Juan Alberto, denunció entre gritos y amenazas que desde hace ocho años no consigue un empleo estable y que ayer quedaría en la calle junto a su mujer e hijos.
Dijo que la propietaria de la vivienda que le alquiló el gobierno le informó que lo dejaría en la calle, dado que el cheque oficial para pagar el hospedaje no tenía fondos.
"Si me tengo que prender fuego para que mis hijos tengan una casa donde vivir lo voy a hacer", gritaba frente a Casa de Gobierno, mientras a pocos metros desocupados de la construcción cortaban una calle.
Alberto contó que subsisten gracias a la asignación universal de sus hijos, de los cuales una de las nenas padece síndrome de Down.
"La chiquita fue operada hace dos meses del corazón y ahora nos quieren dejar en la calle", remarcó.
La desesperación del vecino que amenazaba apretando en sus manos un encendedor fue calmada gracias a la mediación de la policía y de los manifestantes de la Uocra, aunque recién resignó su postura cuando su esposa fue atendida por un funcionario del gobierno.
El hombre, que fue identificado por la policía como Juan Alberto, denunció entre gritos y amenazas que desde hace ocho años no consigue un empleo estable y que ayer quedaría en la calle junto a su mujer e hijos.
Dijo que la propietaria de la vivienda que le alquiló el gobierno le informó que lo dejaría en la calle, dado que el cheque oficial para pagar el hospedaje no tenía fondos.
"Si me tengo que prender fuego para que mis hijos tengan una casa donde vivir lo voy a hacer", gritaba frente a Casa de Gobierno, mientras a pocos metros desocupados de la construcción cortaban una calle.
Alberto contó que subsisten gracias a la asignación universal de sus hijos, de los cuales una de las nenas padece síndrome de Down.
"La chiquita fue operada hace dos meses del corazón y ahora nos quieren dejar en la calle", remarcó.
La desesperación del vecino que amenazaba apretando en sus manos un encendedor fue calmada gracias a la mediación de la policía y de los manifestantes de la Uocra, aunque recién resignó su postura cuando su esposa fue atendida por un funcionario del gobierno.