Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

8 DE OCTUBRE: RENATEA CONMEMORA EL DÍA DE LOS TRABAJADORES AGRARIOS CON JORNADAS DE PROMOCIÓN DE DERECHOS EN TODO EL PAÍS

En ocasión del Día del Trabajador Agrario y de la Mujer Rural, bajo el lema Somos Trabajadores, Tenemos Derechos, el Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios realizará en todo el territorio argentino, a través de sus diferentes delegaciones provinciales, distintas actividades festivas vinculadas a la difusión y promoción de derechos y prestaciones del Organismo, registración y capacitaciones laborales para el sector en el marco del Nuevo Régimen de Trabajo Agrario.


El Estatuto del Peón Rural aprobado en octubre de 1944 y su impulsor, el General Perón, significaron un quiebre normativo y simbólico trascendental en la historia política de nuestro país.

El Estado Nacional por primera vez establecía que detrás de esos cuerpos que sembraban, cosechaban, arriaban y hacían otras tantas tareas había sujetos de derecho, hombres y mujeres que debían recuperar parte de la dignidad tantas veces negada. De esta manera también ponía en tensión a los discursos que legitimaban esas relaciones de explotaciones con argumentos que naturalizaban lo injusto y precario.

Los golpes de estado antipopulares de nuestro país revirtieron ese proceso institucional, al mismo tiempo, que se encargaron de “actualizar” aquellos argumentos en los que la explotación laboral de los trabajadores agrarios parecía ser una situación a la que había que resignarse.

Nuevamente todo parecía ser culpa del proceso productivo de la producción agraria y del espacio rural, presentados como excepcionales, sujetos a contingencias imprevistas y a patrones culturales tan distintos a los de las restantes actividades económicas que obligaban a “tolerar” leyes particulares. Lo que no se decía, pero quedaba claro, es que con esa excusa, los trabajadores agrarios de nuestro país, volvieron a ser considerados trabajadores de segunda categoría. La ley 22.248 propiciada por la Dictadura militar en el año 1980 ejemplifica de manera cabal esta concepción que naturaliza la explotación.

En diciembre de 2011, por iniciativa de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner  se sanciona la ley 26.727 que recupera lo mejor de los antecedentes normativos anteriores y regula en sentido protectorio a un conjunto de particularidades del trabajo agrario (como la jornada de trabajo, el trabajo adolecente, la intermediación laboral, las licencias y jubilaciones, las modalidades de contratación, entre otras tantas cosas). Asimismo crea el Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA), como garante del cumplimiento de la Nueva Ley de Trabajo Agrario y encargado entre otras funciones de emitir la Libreta del Trabajador Agrario y prestar el Seguro de desempleo y el Seguro por Sepelio.

El aspecto más importante de esta ley, es que el trabajador agrario deja de ser considerado un trabajador de segunda, equiparando su situación a la de los trabajadores de las demás ramas productivas. El trabajador agrario es nuevamente sujeto de derecho. Las particularidades de la actividad servirán de ahora en más para proteger aún más el empleo y no para precarizarlo como había sido hasta ese momento.

El proceso de equiparación seguramente será largo. Los niveles de precariedad siguen siendo de los más altos del país. El primer paso está dado, contamos con la ley y hemos recuperado las instituciones que la ponen en práctica. Resta un camino arduo para lograr neutralizar esos argumentos que han legitimado y naturalizado los atropellos contra los trabajadores agrarios de este país.