Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

Por poco lo matan

La víctima fue atacada el viernes pasado en inmediaciones del ex hotel Sol. Los agresores se valieron de piedras para golpearle el cráneo y de dos perros adiestrados para lastimar.
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373En inmediaciones del ex Hotel Sol, camino al circuito Arrayán, Alejandro Concha se encontraba atando un cargamento de madera que debía entregar en La Vega. En determinado momento se acercaron dos muchachos junto a dos perros con intenciones de robarle. “Danos 100 pesos y el celular o esto termina mal”, le dijeron.  Ocurrió el viernes pasado cerca del mediodía.

Alejandro tenía en su mano el fierro que utiliza para apretar la carga, pero midió que sus potenciales agresores eran demasiado jóvenes. “Eran pibes, no daba para pegarles un fierrazo en la cabeza”, nos cuenta. Entonces intentó disuadirlos, pero no hubo forma. Los muchachos levantaron la apuesta y amenazaron con romper todos los vidrios del camión de Alejandro. Para eso comenzaron a agarrar piedras y se separaron para emprender un ataque desde ángulos diferentes.

Alejandro argumentó que no tenía dinero encima y tomó el celular para llamar a su señora.  Se lo pudo escuchar pedirle que acercara 100 pesos, darle la dirección exacta donde estaba, explicar le que debía darse prisa porque estaba siendo asaltado. En realidad había marcado el 101 y la Policía iba tomando nota de sus dichos.

Entonces los malvivientes se avivaron de que había “llamado a la gorra”. Uno de ellos comenzó a tirar varias piedras contra el camión y también al tobillo de Alejandro. Los perros, para colmo, se le fueron encima.  La víctima comenzó a defenderse cuerpo a cuerpo y los tres hombres rodaron barranca abajo. Después vinieron las patadas y los piedrazos sobre la cabeza de Alejandro, que de casualidad logró contarla. “Me aflojaron cuatro dientes, me reventaron los labios a trompadas, uno de los perros me mordió la cabeza y otro la rodilla, al final lograron desmayarme”.

Justo en ese momento regresaba al lugar la gente que había ido a buscar una guía para que el cargamento de madera se pusiera en marcha. Se trataba de los tíos de los atacantes, que lograron detener la cruenta escena. De inmediato llegó la Policía.

Final de la historia: Alejandro permaneció internado desde ese viernes hasta ayer lunes al mediodía. Tuvo suerte, aunque resta practicarle una resonancia magnética para descartar heridas internas.  Los dos agresores fueron detenidos y a las pocas horas recuperaron la libertad. Uno de ellos tiene 17 años y el otro, mayor, fue identificado por Alejandro Concha como Beto Epulef de 19 años.

Lo que resta es un sabor bien amargo. Al parecer, estos dos sujetos andaban alterados, como bajo el efecto de drogas. Se dice que llevan un buen tiempo aterrando a los vecinos del lugar.

Libres quedaron. Así de fácil.

“No fue un asalto cualquiera. Los tipos me estaban matando. Usaban piedras como mazas para golpearme. Encima tienen dos perros adiestrados para atacar, los dos grandotes, uno tipo bóxer y otro atigrado. En el hospital me dijeron que había salvado mi vida de milagro. Y no tengo miedo de contar esto con nombre y apellido porque no soy un nene, he pasado por muchas cosas en la vida, y quiero que esto pare”, asegura Alejandro en el final de esta penosa nota.