Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

EDITORIAL Pereyra, Sapag, y los otros

Comienza una etapa en Neuquén en la que se verá un gobierno un poco más distendido después del relativo tropiezo de las Primarias, al MPN encontrando el momento más indicado para avanzar en la unidad suficiente para realizar una campaña coherente, y a la oposición enfocando una mayor variedad de temas para fortalecer posiciones.
La distensión del gobierno vendrá de la mano de la aprobación casi segura, en la Legislatura, del contrato de extensión de concesión a YPF-Chevron. El paso es obviamente importante, porque habilita el comienzo de acciones concretas para empezar a perforar Loma Campana. La gestión de Sapag encontrará así un refuerzo económico importante inmediato -20 millones de dólares por la fusión del área, que pagará YPF- y la certeza de las inversiones que comenzará a desembolsar la compañía estadounidense, ya que al menos por ahora los fallos judiciales no amenazan estos planes.

También encontrará el gobierno señales que pidió para ser más amables hacia una gestión política de campaña con el MPN. Los dos encuentros que protagonizó el candidato a senador triunfante, Guillermo Pereyra, con Jorge Sapag primero y después más fugazmente y solo para la foto con Ana Pechen, fueron pasos necesarios que el sindicalista sabía que tenía que dar para habilitar la gestión del presidente del partido, Jorge Sobisch, en procura de unificar discursos y diagramar estrategias de campaña.
Por eso apareció el petrolero como provocando el encuentro y destacando después las características de su difusión. Porque es el más interesado en encontrar total respaldo partidario para enfrentar los comicios de octubre, que no solo serán distintos a las Primarias, sino que serán difíciles.
Pereyra lo sabe o lo intuye. Lo que menos le falta es experiencia, olfato, percepción de qué es lo que más conviene. Ya deslizó en su discurso la ambigüedad suficiente respecto del tema más urticante para sellar la grieta entre los K y no K dentro del MPN, que es precisamente el de las inversiones petroleras y la de YPF-Chevron en particular. Dijo, por un lado, que mantenía su oposición al contrato; y por el otro, que no pondría palos en la rueda. Suficiente, por ahora, como señal.
El punto de encuentro circunstancial para acercar a Pereyra y Sapag también fue esbozado en la reunión del aeropuerto Juan Domingo Perón: un proyecto de ley de hidrocarburos que adecue la legislación a los nuevos métodos no convencionales de extracción, es decir, al fracking. Parte importante de ello será el tema laboral, que es lo que le interesa al sindicato petrolero. Concretamente, que haya más gente trabajando en los yacimientos, y con nuevas medidas de seguridad.
El MPN, en este contexto, prepara el camino de la formalización de la unidad. Que pasa centralmente por acordar entre los sectores una plataforma política de campaña, que no surgirá solamente de la mente de Pereyra, sino que tendrá el aporte de todos los sectores. Y que fundamentalmente se afirmará en el discurso de independencia clásico, con énfasis en la defensa de los “intereses neuquinos”. Es decir, se repetirá lo que tantas veces se ha dicho desde el MPN: “votaremos en el Congreso a favor lo que sea bueno para Neuquén, y en contra lo que no lo sea”. Algo que, por general e inespecífico, sirve para cualquier gobierno y circunstancia.
Hay dos jugadores con peso suficiente para protagonizar con éxito las próximas elecciones, además del MPN. El Frente para la Victoria, prácticamente solo ahora como propuesta del oficialismo nacional y popular; y el Nuevo Compromiso Cívico, que ofrece la doble opción: el no kirchnerismo, y el no-MPN.
El kirchnerismo recibió de entrada la participación en el lanzamiento de campaña hacia octubre del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El nombre del neuquino ha cobrado mayor protagonismo en las últimas semanas, como cabeza explícita de cuestionamiento hacia las ominosas advertencias denunciadoras del grupo periodístico Clarín, y de los periodistas que integran el club de la crítica al gobierno de Cristina Fernández.
El Nuevo Compromiso, es decir, el quiroguismo, encuentra sus propias razones para potenciarse. Una motivación se le ofrece desde la propia gestión municipal, con los infortunios del EPAS como principal tema; la otra está atada al rol de sintonía con la oposición nacional, en la que solo puede sumarse al coro que metódicamente señala las deficiencias económicas y políticas del gobierno de Cristina Fernández.
Ambos, desde distintos enfoques y argumentaciones, buscarán diferenciarse del MPN, que es contra lo que compiten, como siempre han competido, desde el inicio de los tiempos provinciales. Saben que la diferencia no debe ser solo retórica, sino también metodológica, práctica, consecuente y difícil.
El que mejor lo demuestre, asegurará representantes en el Senado y en Diputados. Pero puede pronosticarse, más allá de la incerteza de los pronósticos, que estas tres fuerzas políticas son las que tienen chance real, y que el partido más interesante e importante para la repercusión nacional se mide en función del panorama que le quedará a Cristina, para cumplir los dos años más importantes que se abren para el destino de la democracia argentina.
Rubén Boggi