Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

Un poco de Memoria a 8 años de la tragedia del Hospital

Un muerto, heridos y un hospital en cenizas luego de una explosión

Fue de madrugada, por un escape de gas en la sala de internación. Un enfermero  quedó grave y tres pacientes pudieron escapar.

El sector de internación quedó en ruinas. Todo comenzó a las 5 de la mañana, cuando un enfermero encendió la luz para medicar a los pacientes. Piedra del Aguila tembló ayer a la madrugada.
Una fuga de gas provocó un incendio sin control que destruyó por completo la inflamable sala de internación del hospital de esta ciudad. Las llamas carbonizaron a una paciente de 55 años y dejó secuelas aún difíciles de medir a un enfermero que se encuentra internado en el hospital Castro Rendón de la ciudad de Neuquén, con quemaduras en la mitad del cuerpo. Las otras personas internadas eran una mujer embarazada, una menor y su madre. Las tres resultaron afectadas, pero sus vidas no corrían peligro. Entre todas las versiones que circularon ayer, algunas indicaban que el propio enfermero ayudó a escapar de las llamas al menos a dos de las víctimas, aunque este detalle no pudo ser confirmado oficialmente.

La sala donde sucedió este accidente era del tipo industrializadas, las que se utilizan para alojar operarios en obradores. Los pacientes estaban internados en un edificio confortable, pero de paredes de madera, pisos de madera, techo de madera y cielorraso de poliuretano expandido. Florinda Currulef se encontraba allí por una afección pulmonar. La mujer tenía de 55 años, tres hijos y su casa estaba situada a 35 kilómetros del pueblo, en el paraje Sañicó, donde vive la comunidad mapuche Ancatruz Currulef murió atrapada por las llamas y su cuerpo fue hallado por los bomberos luego de sofocadas las llamas. El cadáver estaba en el baño. Eduardo Vejar, de 27 años, es el enfermero que sufrió graves quemaduras en su cuerpo. Este hombre fue el que activó la perilla de la luz y provocó la inesperada explosión que transformó a la sala de internación en una hoguera Peritos de la policía y de los bomberos
trabajaron en el lugar hasta última hora de la tarde de ayer. En el lugar no había mucho interés por informar lo poco o mucho que decían los únicos elementos a la vista: hierros destrozados, madera hecha carbón y caños retorcidos, todos tiznados. "Lo único que le puedo decir es que la explosión fue producida por un escape de gas", dijo un vocero de la policía a "Río Negro".

Se reactivó el pedido por otro edificio

El accidente reavivó las quejas por la precariedad del nosocomio local, y ayer mismo se inició en Piedra del Aguila una campaña de recolección de firmas para avalar un petitorio que será presentado a las autoridades provinciales, en demanda de un nuevo centro público de atención En uno de sus párrafos, el petitorio dice que la comunidad merece un hospital "no descartable".
La explosión se produjo a las 5.05, cuando Vejar ingresó al anexo del viejo hospital de calle 9 de Julio para cumplir sus tareas habituales con el suministro de medicamentos a los pacientes En ese momento encendió la luz y el enfermero se sorprendió con una tremenda explosión. Lo único que recuerda y pudo relatar a los médicos que lo atendieron en Neuquén es que una puerta se le vino encima.
Néstor Sáenz es el jefe de la zona sanitaria V. Ayer aseguró que a pesar de lo ocurrido, el hospital sigue funcionando. Lo más grave, aclaró, es que "de 18 camas ahora nos quedan entre 6 y 7".
Sáenz informó que afortunadamente no se quemaron equipos costosos y que se perdió el edificio, las camas y algunos otros elementos El hospital, inaugurado en 1977, perdió  también todos los medicamentos del depósito.
Lo que muchos destacaron ayer fue que el accidente no fue más grave aún porque el fuego no alcanzó a los tubos de oxígeno. "De haber ocurrido esto el daño hubiera sido tremendo", dijo un vecino.
Para calmar a los habitantes de Piedra del Aguila, el gobierno provincial desembarcó con ayuda Llegaron medicamentos en camionetas, cunas, ropa de cama y otros elementos. Además se hicieron presentes en el lugar el ministro de Salud, Jorge Lara, y el subsecretario del área, Fernando Gore.

Lara informó que lo sucedido en el hospital no tiene antecedentes en el sistema de Salud Pública neuquina. En rigor, ya se produjo años atrás un incendio en una sala de similares características ubicada en el hospital de Plottier.
El incendio obligó a las autoridades sanitarias a montar un sistema de emergencia en el centro comunitario Finalmente no fue utilizado porque una vez normalizados los servicios de agua y gas, se dispuso un reordenamiento de las instalaciones y los consultorios se transformaron en salas para pacientes, al igual que las oficinas administrativas.
Lo cierto es que desde hace mucho tiempo la comunidad de Piedra del Aguila venía reclamando un nuevo hospital de construcción adecuada y en mampostería Así lo indicó a este diario el concejal peronista Oscar Lillo, quien reveló que ya a pocas horas del accidente, la comunidad comenzó a juntar firmas para pedir la construcción de un nuevo hospital.

El hospital Zonal Piedra del Aguila es el único centro de atención medica de esta ciudad y la extensa zona rural aledaña En esta villa no hay clínicas, y sólo algunos consultorios médicos. En la localidad viven 3.600 personas y en los alrededores otras 400. Casi todos dependen de este hospital de complejidad 3.
De la población rural venía la señora Currulef, la víctima de este drama que ayer conmovió a un pueblo que no descansó hasta poner en funcionamiento nuevamente al hospital, donde ayer sólo había rostros cansados y señales de tristeza. (Enviado especial y ASM).

Una puerta se me vino encima"
 "Prendí la luz, vi una explosión y una puerta que se me vino encima". Fueron las pocas palabras que el enfermero Eduardo Vejar, de 27 años, alcanzó a contarle al director del Hospital Regional Neuquén, José Russo, cuando ingresó derivado desde Piedra del Aguila. Desde ese momento permanece internado en la sala de terapia intensiva, con quemaduras en el 50 por ciento de su cuerpo y su estado es reservado.

Russo informó que se esperará la evolución del paciente. Cuando habló con este diario, ayer al mediodía, dijo que "en este momento está bien, en la sala de terapia intensiva y no corre riesgo inmediato. Ingresó 8.45, estaba lúcido, alcanzó a decir unas palabras y nada más".
Al atardecer, el tío del enfermero, Miguel Huenul, señaló que "está todo vendado, solamente se le ven los ojos y los tiene morados. Los médicos dicen que hay que esperar la evolución de los próximos 3 días". Ese tiempo de espera suele ser crucial para conocer la evolución de las quemaduras y la reacción del organismo del herido.
Huenul confirmó que a la mañana temprano, Vejar habló con la madre y le contó unos pocos detalles del accidente. "No sabe nada de lo que pasó, solamente recuerda que prendió la luz y explotó todo". (AN)

El reclamo a las autoridades: un hospital "no descartable"

Un documento comenzó a circular entre las familias de la localidad para exigir mejoras al gobierno provincial

PIEDRA DEL AGUILA (Enviado especial).- "Hoy es una necesidad inminente contar con un hospital no descartable", dice una nota que circula entre los vecinos. El documento viaja de casa en casa en búsqueda de avales para ser entregado al ministro de Salud, Jorge Lara.

La nota destaca que Piedra del Aguila es un sitio estratégico en temas de salud porque recibe a los accidentados de la ruta 237, atiende a las embarazadas y a toda la población rural. "Hoy debemos lamentar una víctima para que tal vez nos escuchen", dice la queja de los vecinos.
Una nota de similar tenor se difundió en el pueblo desde las instalaciones de una residencia estudiantil a la que concurre una de las hijas de Florinda Currulef, la víctima del incendio de ayer.

El hospital de Piedra del Aguila tiene un promedio de ocupación del 30% de sus camas, pero al desaparecer la sala de internación pasó de 18 camas a 6 ó 7. Las autoridades saben que si no resuelven este tema de las camas, tendrán problemas. En el lugar no se pueden operar pacientes y cuando recibe accidentados graves,
el hospital ofrece primeros auxilios y los deriva hacia Neuquén.
En el incendio se perdió, además del edificio, medicamentos, camas, ropa de cama, las estufas y otros elementos La sala se encontraba ubicada detrás del casco original del hospital y estaba conectada por una puerta, seguramente la que impactó contra el enfermero que está internado en el Castro Rendón.

Ayer quedaron dudas sobre la seguridad. Por ejemplo no se informó si en el lugar había extinguidores y nadie explicó por qué pudo haber un escape de gas en la sala donde estaban alojados los pacientes.
Un dato llamativo quedó para aclarar. Néstor Sáenz, jefe de la zona sanitaria V

le dijo a este diario que creía que en el lugar del incendio no había gas. Sin embargo, los voceros policiales que trabajaron en la pericia informaron, casi sin dudar, que el incendio se originó como consecuencia de un escape de gas y que la combustión se produjo cuando se accionó la perilla de luz.

Lo cierto es que en el lugar del hecho había poco interés por divulgar detalles. Ni la policía ni las autoridades sanitarias dieron mayores precisiones que las que se informan en esta edición.
Algunos vecinos, en cambio, no dudaron de que fue un accidente, pero al mismo tiempo señalaron que existe la intención de minimizar el hecho porque en el fondo temen enfrentar lo que Piedra del Aguila no quiere: un hospital "descartable".
El espanto en un lugar donde hablar puede costar caro

PIEDRA DEL AGUILA (Enviado especial).- El hospital de Piedra del Aguila no tiene nombre. Fue inaugurado en 1977, pero la sala que ayer se quemó la habilitó Jorge Sobisch hace dos años. El edificio está ubicado sobre una calle de tierra, a dos cuadras de la ruta 237. A 50 metros del lugar se observa un local partidario que recuerda que éstos son tiempos electorales Es una esquina donde se lee: "Agrupación Sobisch adelante". Sobre paredes blancas alguien escribió en color azul los apellidos de la fórmula del Movimiento Popular Neuquino, Sobisch y Brollo.

El lugar está vacío. Probablemente los punteros se encuentran mezclados entre los vecinos que hacen guardia dentro y fuera del hospital, donde la gente se reunió ayer para dar una mano, para conocer la última noticia, para saber cómo evolucionaba Eduardo Vejar, el enfermero que todos conocen y que sufrió graves quemaduras.
Néstor Sáenz tiene cara de cansado. Esta en un pasillo hablando con una periodista y cuenta algunos detalles de lo ocurrido durante la madrugada.
Sáenz es el jefe de la zona sanitaria V del sistema de salud que comprende las localidades de Cutral Co y Plaza Huincul, Picún Leufú y Piedra del Aguila. Llegó muy temprano al pueblo cuando lo llamó el director del hospital, Gustavo Arrostegui, para comunicarle la mala noticia.
A mediatarde, Arrostegui está durmiendo. Lo informa su jefe Sáenz cuando este diario lo entrevista El director del hospital todavía no fue designado oficialmente -el gobernador no firmó el decreto-, pero es el hombre que manda en ese lugar.

Un oficial de la policía llega con apuro al lugar y quiere hablar con Sáenz. Le dice que la identidad de la víctima no está confirmada. La víctima es Florinda Currulef, de 55 años, pero ni la policía ni las autoridades del hospital podían dar con el DNI. Y sin documento, el policía no está dispuesto a divulgar el nombre de Currulef.
A metros del lugar donde se desarrolla esta charla hay varios vecinos en la puerta del hospital. Entre la muchedumbre hay una jovencita con mirada de dolor. Es una hija de Currulef acompañada por su tía.

El hospital tiene un casco original. Está construido con materiales tradicionales, pero se nota el paso del tiempo y la ausencia de mantenimiento. Esa es una queja de los vecinos que quieren mejorar el hospital y a la luz de lo ocurrido ayer un lugar seguro.
Los vecinos observan cómo bomberos y policías rastrillan entre los escombros de lo que fue una sala de internación. Nadie quiere hablar. "Yo no sé nada", dice una mujer, con temor.

Después de varias horas de preguntar pocos se animan a hablar y los que los hacen, piden no ser identificados. "A este episodio lo quieren minimizar", dice un vecino que conoce de cerca los movimientos del hospital.
Tras varias charlas, no queda más que pensar que en Piedra del Aguila, donde viven 3.600 personas, hablar puede costar muy caro, algo así como empeñar el futuro si se desafían las normas establecidas por el poder de turno El subsidio y el trabajo en el Estado domina el mercado "laboral" de una ciudad a la que Sobisch una vez bautizó como "la capital del pis", por tratarse de la parada obligada de todos los viajeros Pero en Piedra del Aguila nadie quiere identificarse con esa desafortunada definición y en cambio apuestan a
tener un hospital seguro.