Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

Felipe Camiroaga: el animador diferente

Felipe Camiroaga era el conductor televisivo más famoso y querido de Chile. Tenía conocidas posiciones políticas, apoyaba a la Concertación, y estaba comprometido con distintas causas sociales, estaba junto a los estudiantes y acompañaba proyectos ambientales y solidarios. Se desmarcaba así del ambiente superficial televisivo que lo había transformado en una estrella poco común.


Felipe Camiroaga no era el Marcelo Tinelli chileno. A no ser que Tinelli tuviera posiciones políticas manifiestas capaces de incomodar a un Ministro, condujera un programa de variedades matinal donde no pasaran grandes cosas (nada de chicas de senos imponentes colgadas de un caño), o apoyara las reivindicaciones estudiantiles y, de paso, dejara colgado en su Twitter poemas de Alejandra Pizarnik.
Y no es que el malogrado conductor chileno fuera el opuesto absoluto del celebre Marcelo, una espada en llamas que brillaba en la noche de las injusticias. Ni cerca.
Camiroaga, desaparecido el 2 de septiembre en un vuelo fatal que lo conducía al archipiélago Juan Fernández, en el marco de una actividad solidaria, era un animador bien dotado: simpático, fachero, ameno y, hasta cierto punto, impredecible para sus jefes del canal estatal, TVN.
Ya es histórica, por ejemplo, la ocasión en que Camiroaga interpeló, en directo, al Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, en su programa “Buenos Días a Todos”, acerca del polémico proyecto termoeléctrico Barrancones, en la caleta de Chungungo, a 21 km de Punta de Choros. Una iniciativa muy cuestionada por las organizaciones ambientalistas y que finalmente no prosperó.
“Nosotros tenemos el privilegio en nuestros trabajos de tener línea directa con autoridades tan importantes como usted. Sabemos de lo amante que es el Presidente del medio ambiente y de la naturaleza. Quiero pedirle a título personal, pero sé que represento a la gran mayoría de los chilenos, que por favor el Gobierno, el Presidente, su equipo, se oponga con todas las fuerzas que sean necesarias a esta termoeléctrica que quieren poner en un santuario maravilloso”, le dijo a un sorprendido ministro que se comprometió públicamente a hablar con Sebastián Piñera.
En concreto, Camiroaga era un habitante del varieté televisivo pero eso no le quitaba protagonismo en otras áreas sensibles de la realidad chilena. Por caso, hace poco le envió un afectuoso mensaje a los estudiantes que aun reclaman al gobierno por una mejor educación: "Creo que han dado una lucha impecable, creativa, sensible, tremendamente valiente, que de verdad, como chileno, siento un orgullo gigante. La educación no puede ser un negocio para nadie y también creo que la educación es lo que cambia este mundo de raíz", sentenció.
Este carácter comprometido tiene que ver con una infancia difícil. Camiroaga fue abandonado por su madre, quien se marchó a España cuando él tenía 6 años, y debió criarse de un modo humilde junto a su padre. Como miles de otros chilenos, Camiroaga sabía de qué verbos está compuesta la palabra “pobreza”.
Su padre, Jorge, un hombre vinculado a las tareas agrícolas, le había advertido 20 años atrás a su hijo que si este se dedicaba al campo siempre iba a ser un empleado (“nuestra familia no es de poseer tierras”), y si se inclinaba por la televisión estaría obligado a mantenerlo durante toda su existencia. Para alegría de ambos, se equivocó y, al momento de morir, Camiroaga trabajaba por puro placer. Con las ganancias obtenidas en sus últimos años, en los que condujo los programas de mayor rating de la televisión trasandina, actuó en películas y telenovelas, protagonizó numerosos comerciales y condujo en dos ocasiones el Festival de Viña del Mar, Camiroaga se imaginaba en el corto plazo siendo padre - era soltero - y retirado en un campo de Coyhaique, sur de Chile.
“Cuesta romper los paradigmas que ha tenido el medio en que me desenvuelvo, donde los animadores tenemos que ser transversales y neutros en algunos temas. Me provoca mucha sorpresa cuando nos hablan de ser líderes de opinión, pero resulta que los líderes de opinión no podemos hablar más que puras leseras y no acerca de los temas profundos que interesan al país. No es que me haya rebelado, pero siento que uno tiene que hacer un cambio de switch”, apuntaba Camiroaga en 2009.
A principios de 2011, Camiroaga había perdido en un incendio una importante propiedad en las afueras de Santiago, la casa donde guardaba todas sus colecciones y recuerdos personales. Era el espacio que compartía con su padre. Apenas unas horas después del incendió Camiroaga salió al ruedo y continuo trabajando. "Estoy muy acompañado y ya estamos pensando en empezar a limpiar y reconstruir, ese es el espíritu que tenemos los chilenos, por eso que me siento súper identificado con la gente que se ha puesto de pie", dijo esa misma noche a la prensa al pie de los escombros y vestido con un tradicional poncho.
Camiroaga mantenía una clara posición política y su apoyo a la Concertación era público y notorio. "Si Chile es un país admirado, es gracias a la Concertación. Hay cosas que mejorar como siempre y como todo", había dicho cuando Eduardo Frei perfilaban una nueva candidatura.
Así era Felipe Camiroaga, un personaje que parecía desenvolverse sin dramas entre la seriedad del ecosistema político y social, y la fiesta, siempre eterna, casi siempre tontolona, del ámbito televisivo. Una división de territorios que al animador le incomodaba: "a uno en este país lo obligan a hablar, por lo tanto te obligan a ejercer política, sin embargo cuando uno tiene que hablar de política (dicen) 'no este señor es animador de televisión y tiene que ser transversal y puede que algún señor de derecha le parezca mal".
En julio de este año había transcrito en su Twitter (@halconmatinal) un fragmento de un poema del laureado Gonzalo Rojas: "Del aire soy, como todo mortal, del gran vuelo terrible y estoy aquí de paso a las estrellas".
Un verso de gran belleza, premonitorio y, de ahora en adelante, cargado de misticismo.