Fueron asistidos en el Castro Rendón. Se trata de 948 niñas, niños y adolescentes. El 76 por ciento recibió maltrato físico.
PABLO MONTANARO
montanarop@lmneuquen.com.ar
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NEUQUÉN
En 2013, 948 niños, niñas y adolescentes fueron atendidos por el Equipo de Atención al Maltrato y Abuso Sexual Infantil del servicio de Pediatría del Hospital Castro Rendón. De ese total, 603 (64 por ciento) fueron asistidos por primera vez en el mencionado dispositivo y para el resto (36 por ciento) se continuó con la atención o fueron víctimas de una nueva vulneración de sus derechos.
En 2013, 948 niños, niñas y adolescentes fueron atendidos por el Equipo de Atención al Maltrato y Abuso Sexual Infantil del servicio de Pediatría del Hospital Castro Rendón. De ese total, 603 (64 por ciento) fueron asistidos por primera vez en el mencionado dispositivo y para el resto (36 por ciento) se continuó con la atención o fueron víctimas de una nueva vulneración de sus derechos.
De la totalidad de niños y adolescentes atendidos el año pasado, el 76 por ciento correspondió a víctimas de maltrato físico, emocional y por negligencia, y el 24 por ciento restante por abuso sexual.
El informe al que tuvo acceso LM Neuquén indica que se asistió a 433 varones (46 por ciento) y 515 mujeres (54 por ciento).
De acuerdo con lo expresado por las profesionales que conforman el mencionado servicio, esta tendencia se sigue registrando en lo que va del año.
Si bien la cantidad de chicos atendidos por este servicio a partir de los llamados a la línea 102 se redujo el año pasado en comparación con lo registrado en 2012 (1.297 casos), se incrementó considerablemente el total de asistencias por diversas formas de maltrato.
La médica pediatra Mónica Belli, a cargo del servicio, aclaró que el maltrato infantil incluye tanto “lo que se hace como lo que se deja de hacer o se realiza de forma inadecuada ocasionando al niño o adolescente un daño físico, psicológico o social. Sus autores pueden ser familiares o no, e instituciones”.
Explicó que por negligencia se entiende a las fallas en los cuidados básicos diarios y especiales de un niño, “ya sea por ignorancia, acción u omisión, dejar o abstenerse de atender las necesidades del menor y los deberes de guarda, protección o cuidado inadecuados”.
Precisó que cada intervención familiar le requirió al equipo de profesionales del servicio más tiempo “quizás por la complejidad de las problemáticas, que nos obligaba a derivar más situaciones”.
El informe detalla que las lesiones más relevantes sufridas por los chicos de entre 0 y 18 años fueron fractura de cráneo (12 casos), traumatismo de cráneo (6), politraumatismos (6), muerte por asfixia y por aspiración (2), quemados (3), fractura de fémur (2). Además se registraron casos de fractura de húmero y de mano por disparo, electrocución, traumatismo ocular por golpe, intoxicación aguda por alcohol y drogas e intoxicación por soda cáustica. En los casos de maltrato emocional, se registraron, entre otros, intentos de suicidio, lesiones autoinfligidas y conductas de agresión.
“Es más rápida una cachetada que una palabra”
“Antes los ‘golpes’ aparecían con la justificación de educar o en el
intento de educar. Ahora tiene más que ver con acallar las demandas de
atención de los chicos”, señaló la pediatra Mónica Belli. Un informe de
Unicef dio a conocer que 1 de cada 4 padres reconoce utilizar
“correctivos” hacia sus hijos como parte de la crianza cotidiana. Belli
precisó que “por supuesto que es más rápida una cachetada que una
palabra o penitencia, pero sabemos que daña. Además, con la violencia
existente, nunca sabemos a quién estamos avalando golpear cuando decimos
‘es solo un correctivo’”.