El religioso murió en un supuesto accidente de tránsito, hace 37 años, cuando viajaba de Chamical a la capital provincial, donde iba a entregar pruebas del crimen de dos sacerdotes a manos de la dictadura.
La Rioja (Télam) > Con la requisitoria de elevación a juicio contra el ex comodoro Luis Fernando Estrella y el ex general Luciano Benjamín Menéndez, dio inicio ayer el juicio para determinar los responsables del asesinato del obispo de La Rioja, monseñor Enrique Angelelli, ocurrido el 4 de agosto de 1976 durante la última dictadura militar.
La causa, que se enmarca en los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en La Rioja, involucra también a Jorge Albano Harguindeuy, Jorge Rafael Videla y Juan Carlos Romero, quienes ya fallecieron. Todos están acusados por “homicidio agravado en concurso de dos o más personas y asociación ilícita”.
Crimen político
Los hechos que se investigan ocurrieron el 4 de agosto de 1976, cuando el entonces obispo de La Rioja regresaba desde la ciudad de Chamical a la capital, tras participar de una misa en memoria de los sacerdotes asesinados que pertenecían a su diócesis, los padres Carlos Murias y Gabriel Longueville.
Angelelli viajaba en una camioneta Fiat 125 Multicarga junto al ex sacerdote y amigo personal, Arturo Pinto, cuando, según testigos y el mismo Pinto, un automóvil de color blanco se cruzó por delante de la camioneta provocando su vuelco.
Producto de los tumbos dados por el vehículo, Angelelli salió despedido y murió en el acto, en tanto que Pinto quedó dentro de la camioneta con diversas heridas.
Posteriormente, se dijo que el cuerpo del obispo presentaba un fuerte golpe y un agujero similar al de una bala en la parte trasera de su cabeza, por lo cual se determinó que se trató de un homicidio.
Angelelli investigaba los secuestros, torturas y fusilamientos en 1976 de los sacerdotes Murias y Longueville, en Chamical.
Una primera investigación, realizada en la dictadura, dijo que se había tratado de un accidente, pero la causa fue reabierta en 1984 en la Justicia provincial. Allí se estableció que la muerte del religioso había sido producto de un “accidente automovilístico provocado” y que el obispo llevaba consigo documentación sobre los crímenes, papeles que tras el accidente aparecieron en las oficinas del entonces ministro del Interior Harguindeguy, ya fallecido.
Primera audiencia
En la primera audiencia, la que comenzó pasado el mediodía debido a problemas de conexión de la empresa Telecom en gran parte del norte del país, solamente se leyó la requisitoria de elevación a juicio de la fiscalía en contra de Estrella y también la de Menéndez, aunque éste se tuvo que retirar de la Cámara Federal de Córdoba debido a problemas de salud.
La fiscalía expuso en su extensa requisitoria que las persecuciones de los curas riojanos “fueron puestas en conocimiento de la jerarquía regional y nacional, la que fue publicada en los medios de prensa”.
Tras dar cuenta de las reuniones del episcopado con el entonces presidente de facto Jorge Rafael Videla, indicaron que “en esta causa queda particularmente demostrado que el terrorismo de Estado 1976/1983 actuó criminalmente bajo el amparo de la jerarquía de la Iglesia Católica en Argentina”.
Tras la lectura de las acusaciones, el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el lunes 11 para culminar la lectura de la requisitoria de elevación a juicio de la fiscalía en contra de Luciano Benjamín Menéndez e iniciar los debates.
Un juicio histórico
Arturo Pintos, testigo clave en la causa, calificó como “muy importante” este proceso. “En 37 años han pasado muchas cosas que no debieron suceder sin que se haya hecho justicia”, declaró.
Comunidades eclesiásticas de base montaron una vigilia frente a la sede judicial en la ciudad de La Rioja.
El obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo Baronetto, destacó “el compromiso de las nuevas expresiones que van surgiendo en la Iglesia” ante “las críticas legitimas de complicidad que tuvo la cúpula de la Iglesia con la dictadura”.