El plenario del gremio docente ATEN decidió levantar la huelga, porque no alcanzó la mayoría de dos tercios, y pese a que la mayoría votó la continuidad de las medidas de fuerza.
La decisión se tomó en la madrugada de este miércoles 24 de abril, pero se había ido anticipando durante la semana pasada, a partir de la interpretación de lo sucedido en las últimas reuniones entre el gobierno y la conducción sindical.
En esos encuentros se centró la discusión en la recuperación de los contenidos y la devolución de los salarios descontados, un signo clásico de la inminente definición de un conflicto.
ATEN marchará este miércoles igual, porque en realidad sigue de paro y porque ya lo había anunciado, junto a los gremios ATE y SEJUN (judiciales), en una movilización por las calles capitalinas.
El paro, que pese a su bajo nivel de adhesión, perjudicó a miles de alumnos, comenzó con el inicio de las clases en la última semana de febrero, y se mantuvo con la modalidad de renovarse cada 72 horas hasta este mismo miércoles. El conflicto no se ha resuelto: apenas si el agotamiento ha terminado con una fase, con un serio desgaste para el gremio y también una dura erosión en el gobierno, que si bien había apostado por ese desgaste gremial, puso en riesgo la credibilidad en su capacidad de garantizar la educación pública.
Así, no parece haber vencedores ni vencidos en la situación. Los salarios, como quería el gobierno, comenzarán a ajustarse en junio, con negociaciones que empezarán antes. La calidad del servicio, ha quedado duramente afectada.