Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

Papel Prensa: ni con Dios, ni con el Diablo

Un enfoque desde Neuquén del tema que el gobierno ha instalado como el más importante en la actual coyuntura política. Y el recuerdo para quien fue el primero e implacable denunciador de los monopolios y su perversa influencia en la prensa argentina.
Cristina Fernández, durante su didáctico mensaje por la cadena nacional.
El por qué de una historia tan vieja y meneada como la de Papel Prensa aparece de pronto como un urgente problema a resolver, para que la democracia y (sobre todo)  los derechos humanos se mantengan en pie en Argentina, es tal vez solamente explicable desde la propia necesidad política de un gobierno que sigue gastando cartuchos con el único afán de reproducirse en el poder.

La historia de Papel Prensa, que la presidenta Cristina Fernández explicó tamizada por la óptica del gobierno durante más de una hora de uso de la cadena nacional de radio y televisión, es una historia macabra, pero no desconocida, al menos para nosotros, los periodistas. Me temo que nunca alcanzará a ser de conocimiento masivo. Porque son otras las noticias que adquieren fama, aunque sea efímera.

Quienes hemos trabajado en diarios “papel”  –en mi caso, desde 1979 hasta 2004- y además nos hemos desempeñado en diarios “off Buenos Aires”, sabemos de las tribulaciones de las pequeñas empresas para conseguir papel de buena calidad; de la injusticia y el monopolio ejercido sin piedad por el grupo Clarín, con la complicidad sempiterna del propio Estado. Podemos incluso acceder, sin ruborizarnos, a identificar lo sucedido durante tantos años como una obra del demonio…si es que esto no se toma como una identificación que endiose, como contrapartida, al gobierno nacional de turno, es decir, a éste.

En su libro “los cerrojos a la prensa”, publicado en octubre de 1993 –hace 17 años- Julio Ramos, entonces dueño de Ámbito Financiero y en Neuquén de La Mañana del Sur, destacaba que “desde la instalación del monopolio del papel, hace 15 años, murieron en la Argentina 46 medios gráficos de prensa”. Y profetizaba, sin saber que los Kirchner gobernarían la Argentina y pondrían a Clarín como su enemigo principal, que “el gran problema, la gran acechanza de la prensa argentina en estos años ’90 es el monopolio Clarín”.

Decía Ramos, entonces en soledad, que el grupo manejado por Ernestina Herrera de Noble “es el gran dominador, el gran pulpo que se extiende amenazante sobre toda forma de difusión, escrita o electrónica, que no se pliegue a sus designios de dominación, que va disecando aliados y arrinconando a sus competidores”.

Antes de Ramos, en Neuquén había sobrevivido con enormes dificultades durante cinco años El Diario del Neuquén. Nunca pudo comprarle una bobina de papel a Papel Prensa. Ese papel estaba reservado para los asociados amigos de Clarín, como el Río Negro de General Roca. Hubo días, durante la hiperinflación, que tuvimos que esperar, con el diario ya armado, a que llegara el camión que traía…una ó dos bobinas de papel de Tucumán, o directamente desde Chile, para poder imprimir la módica tirada de ese diario, efímero pero inaugural tras el retorno de la democracia, para la prensa neuquina.

Ya con el entonces poderoso Ramos, la historia no cambió. Papel Prensa no le vendía papel, que seguía reservado para el Río Negro. Esto implicó, según la época y los avatares económicos de la empresa, imprimir en papel de mala calidad, o bien gastar dinerales en traer camiones desde Chile.

Cada vez que se lograba hacer stock de papel en el galpón, al costado de la rotativa, celebrábamos.

Esto, que pasó y sigue pasando, se multiplica por muchos diarios,  muchos diarios que han sobrevivido a un país que penosamente declama la libertad de prensa, pero en la práctica, nunca termina de ejercerla.

Como el federalismo. Como la justicia social. Como tantas asignaturas pendientes.

Pasaron 34 años sin que nada cambiara. Ahora, de repente, aparece un gobierno –que en realidad gobierna desde 2003- a decirnos que será el campeón de la igualdad ante la ley. Que quienes la violaron antes, lo pagarán ahora. Que se asegurará el libre abastecimiento de papel a todos los diarios.

Cristina Fernández, nuestra presidenta, parece que nos mostrara las Tablas de la Ley. Nos lee los 10 mandamientos de la nueva democracia argentina.

Pero esta no es una historia entre Dios y el Diablo. Esta es solo una historia de ejemplos y realidades, en la que los periodistas hemos tratado, todo el tiempo, de sobrevivir contra natura, puteando por los sueldos, por la falta de trabajo, por la degradación del mercado publicitario, por los monopolios, por los gobiernos prepotentes, por el precio de los alquileres, por la inflación…y por el papel. Al menos, hasta que vino la dichosa Internet, y pudo empezar esta etapa, por ahora más libre, del periodismo digital.

Los periodistas hemos sido, durante todo este timpo, como cualquier ciudadano. No hay, no debe haber, un país en el que sus periodistas hayan sido más ciudadanos y más comunes que éste.

Por eso, permítaseme decir que no estoy con Clarín, pero tampoco estoy con el gobierno.

Ni con Dios, ni con el Diablo.

Póngalo usted en el orden que quiera.