Dos delincuentes abordaron a la víctima el miércoles a la tarde. Hasta ahora no hay detenidos por el hecho.
La víctima, identificada por su familia como Sixto Cheuquepán, de 84 años y oriundo de esta ciudad.
Neuquén > Un abuelo vivió una verdadera pesadilla al ser sorprendido por desconocidos en un sector de Cuenca XV que le propinaron una brutal golpiza con aparentes intenciones de robo. El hombre se dirigía hacia Colonia Rural Nueva Esperanza, donde se ubica la casa de una de sus hijas, con quien tenía previsto ir a una iglesia en Parque Industrial. Terminó internado en el hospital.
“Entonces llevaba una Biblia, un libro de cantos, un celular que no vale nada y 50 pesos que le puso una bisnieta en su bolsillo para que se compre una gaseosa”, dijo su hija menor, llamada Milagros, de 39 años.
Solo, caminaba por Cuenca XV sin imaginar que su vida iba a tomar otro rumbo cuando en las inmediaciones de unas piletas de oxidación, que se recuestan sobre la meseta, fue atacado por ladrones de quienes poco se sabe.
Se presume que el ataque fue en ese sector, por cuanto en ese lugar fue hallado por un hombre, cuando se encontraba tendido sobre el suelo, muy malherido. “Es un descampado, tierra de nadie. Hace ocho años que pedimos colectivo y las autoridades hacen oídos sordos a nuestros reclamos”, advirtió Milagros.
De allí fue a parar al hospital, donde tiene para unos días. “Me golpearon”, le dijo a su hija menor, al preguntarle qué le había pasado, en medio del dolor.
Todo ocurrió el miércoles, en horas de la tarde. La víctima, identificada por su familia como Sixto Cheuquepán, de 84 años, oriundo de esta ciudad, caminaba hacia Colonia Rural Nueva Esperanza para luego ir a la iglesia. Pero al ver que no llegaba, sus familiares comenzaron a preguntarse por el abuelo.
Cerca de las 18, Milagros recibió la noticia cuando llegaba a su casa, de boca de una de sus sobrinas: “Al abuelo lo golpearon gravemente. Los milicos vinieron a decirme que está en el Heller”. De inmediato dieron aviso a otros familiares y como pudieron llegaron hasta el centro asistencial de la zona oeste.
Al llegar, el cuñado de Milagros se interesó por sus pertenencias y fue a buscarlas a la Comisaría 18. Pero, según relató la mujer, de ellas no se sabía nada. Sólo pudieron dar con el hombre que rescató al abuelo, de apellido Sepúlveda, cuando circulaba por el lugar donde habría sido atacado, en una camioneta.
Al parecer, la víctima alcanzó a levantar uno de sus brazos en señal de auxilio. Con ayuda de otras personas, el hombre pudo cargarlo en el vehículo y luego lo trasladó hasta la Comisaría 18. Al llegar a la unidad, se solicitó una ambulancia que lo llevó hasta el Heller y de ahí fue derivado al Castro Rendón.
Grave
“Está totalmente desfigurado, Le dieron una paliza como para matarlo. Pero hay un Dios grande que lo protege”, dijo Milagros. Fuentes policiales indicaron que por la gravedad de las heridas que exhibe el abuelo, sus agresores tuvieron que utilizar elementos contundentes.
Además, señalaron que los golpes fueron tan fuertes que comprometieron severamente el maxilar. Para dilucidar el caso, sobre el que poco se sabe, indicaron que es necesario esperar que el hombre se recupere para tomarle declaración. Al parecer, serían dos las personas que lo abordaron, indicaron.
La investigación es llevada a cabo por la Comisaría 20 de Parque Industrial y el juzgado de turno. El abuelo permanecía hasta ayer internado en el Castro Rendón, pero según fuentes médicas, se encontraba estable. Respecto de sus pertenencias, al menos se habría hallado la Biblia, manchada con sangre.
“Es un dolor muy grande. Pido a la Policía que esté más cerca de la comunidad y que los malvivientes la paguen con justicia. Hoy le pasa a mi papá pero le puede pasar a cualquiera”, dijo otra de sus hijas, Celinda.
La víctima, identificada por su familia como Sixto Cheuquepán, de 84 años y oriundo de esta ciudad.
Neuquén > Un abuelo vivió una verdadera pesadilla al ser sorprendido por desconocidos en un sector de Cuenca XV que le propinaron una brutal golpiza con aparentes intenciones de robo. El hombre se dirigía hacia Colonia Rural Nueva Esperanza, donde se ubica la casa de una de sus hijas, con quien tenía previsto ir a una iglesia en Parque Industrial. Terminó internado en el hospital.
“Entonces llevaba una Biblia, un libro de cantos, un celular que no vale nada y 50 pesos que le puso una bisnieta en su bolsillo para que se compre una gaseosa”, dijo su hija menor, llamada Milagros, de 39 años.
Solo, caminaba por Cuenca XV sin imaginar que su vida iba a tomar otro rumbo cuando en las inmediaciones de unas piletas de oxidación, que se recuestan sobre la meseta, fue atacado por ladrones de quienes poco se sabe.
Se presume que el ataque fue en ese sector, por cuanto en ese lugar fue hallado por un hombre, cuando se encontraba tendido sobre el suelo, muy malherido. “Es un descampado, tierra de nadie. Hace ocho años que pedimos colectivo y las autoridades hacen oídos sordos a nuestros reclamos”, advirtió Milagros.
De allí fue a parar al hospital, donde tiene para unos días. “Me golpearon”, le dijo a su hija menor, al preguntarle qué le había pasado, en medio del dolor.
Todo ocurrió el miércoles, en horas de la tarde. La víctima, identificada por su familia como Sixto Cheuquepán, de 84 años, oriundo de esta ciudad, caminaba hacia Colonia Rural Nueva Esperanza para luego ir a la iglesia. Pero al ver que no llegaba, sus familiares comenzaron a preguntarse por el abuelo.
Cerca de las 18, Milagros recibió la noticia cuando llegaba a su casa, de boca de una de sus sobrinas: “Al abuelo lo golpearon gravemente. Los milicos vinieron a decirme que está en el Heller”. De inmediato dieron aviso a otros familiares y como pudieron llegaron hasta el centro asistencial de la zona oeste.
Al llegar, el cuñado de Milagros se interesó por sus pertenencias y fue a buscarlas a la Comisaría 18. Pero, según relató la mujer, de ellas no se sabía nada. Sólo pudieron dar con el hombre que rescató al abuelo, de apellido Sepúlveda, cuando circulaba por el lugar donde habría sido atacado, en una camioneta.
Al parecer, la víctima alcanzó a levantar uno de sus brazos en señal de auxilio. Con ayuda de otras personas, el hombre pudo cargarlo en el vehículo y luego lo trasladó hasta la Comisaría 18. Al llegar a la unidad, se solicitó una ambulancia que lo llevó hasta el Heller y de ahí fue derivado al Castro Rendón.
Grave
“Está totalmente desfigurado, Le dieron una paliza como para matarlo. Pero hay un Dios grande que lo protege”, dijo Milagros. Fuentes policiales indicaron que por la gravedad de las heridas que exhibe el abuelo, sus agresores tuvieron que utilizar elementos contundentes.
Además, señalaron que los golpes fueron tan fuertes que comprometieron severamente el maxilar. Para dilucidar el caso, sobre el que poco se sabe, indicaron que es necesario esperar que el hombre se recupere para tomarle declaración. Al parecer, serían dos las personas que lo abordaron, indicaron.
La investigación es llevada a cabo por la Comisaría 20 de Parque Industrial y el juzgado de turno. El abuelo permanecía hasta ayer internado en el Castro Rendón, pero según fuentes médicas, se encontraba estable. Respecto de sus pertenencias, al menos se habría hallado la Biblia, manchada con sangre.
“Es un dolor muy grande. Pido a la Policía que esté más cerca de la comunidad y que los malvivientes la paguen con justicia. Hoy le pasa a mi papá pero le puede pasar a cualquiera”, dijo otra de sus hijas, Celinda.