POR IGNACIO MIRI
Al fallecido en Córdoba la semana pasada, se agregan un muerto en
Jujuy, otro en Chaco y un cuarto en Entre Ríos. En diez distritos las
protestas siguen y en otros siete se aplacaron con subas salariales.
Con una capacidad de propagación inédita, el conflicto policial que se
inició la semana pasada en Córdoba tomó ayer escala nacional. Hasta
anoche, las policías de diez provincias mantenían protestas en distintos
niveles y otras siete habían logrado encaminar la solución con
propuestas de aumento salarial formuladas por los gobernadores.
En
Jujuy murió un joven y otros dos permanecían muy graves por choques
durante episodios de saqueos. La muerte ocurrió en Perico, mientras que
en San Pedro, donde hubo 40 comercios destrozados y 60 detenidos, dos
heridos seguían graves anoche.
En Resistencia, Chaco, murió un
hombre, en medio de saqueos y disparos. También quedó un policía herido
de gravedad. Y versiones no confirmadas oficialmente hablaban de dos
muertos más.
En Concordia, Entre Ríos, el domingo a última hora
murió electrocutado un hombre que intentó robar un electrodoméstico
enchufado durante un saqueo y ayer la ciudad seguía cruzada por
barricadas callejeras. En Tucumán y Santa Fe la salida de las fuerzas de
seguridad de las calles o su actitud pasiva fueron acompañadas también
de saqueos a supermercados y casas de electrodomésticos. A su vez, en
varios distritos del conurbano bonaerense los comerciantes cerraron sus
locales a media tarde, temerosos de que la noche disparara una ola de
robos. En distritos al sur y al oeste de la Capital Federal, esa
inquietud se agravó además por los cortes de luz.
En Salta se registraron saqueos a comercios, aunque la policía no estaba en protesta.
Hasta anoche, las policías provinciales que se mantenían en protesta o
acuarteladas eran las de Jujuy, Entre Ríos, Chubut, Santa Fe, Chaco, La
Pampa, Corrientes, Mendoza, Tucumán y San Luis.
En Entre Ríos, los
policías que habían tomado sedes de la fuerza consiguieron que el
gobernador Sergio Urribarri llevara el sueldo inicial a 8.536 pesos y
les diera tres cuotas de 3.700 pesos en noviembre, diciembre y enero.
Según los negociadores de la policía, Urribarri admitió que la provincia
no cuenta con fondos para solventar el aumento prometido pero aseguró
que “los conseguiría para poder pagarlo”. Anoche, sin embargo, los
policías rechazaron ese pacto.
En la provincia de Buenos Aires, el
gobernador Daniel Scioli anunció que el salario inicial para un policía
será de 8.570 pesos y con esa oferta logró desactivar el conflicto con
la fuerza de seguridad más grande del país, con 57.000 agentes. Sin
embargo, a pesar de ese acuerdo, miles de comercios en el interior
bonaerense y en el conurbano cerraron sus puertas anticipadamente.
Esas dos negociaciones mantuvieron el nivel de lo acordado en Córdoba la
semana pasada. Además, de Buenos Aires y Córdoba también habían
conseguido un pacto salarial San Juan, La Rioja, Catamarca, Río Negro y
Neuquén. En Salta hubo saqueos en el centro de la capital y policías
retirados y familiares comenzaron anoche una protesta, aunque sin
participación de oficiales activos.
Desbordado por una situación que
consideró “provincial”, el Gobierno nacional tuvo que trasladar
gendarmes desde provincias que iban solucionando sus conflictos a las
que comenzaban a mostrar contextos más violentos.
En el Ministerio
de Seguridad siguieron con especial atención la situación en Jujuy y en
Entre Ríos. Ayer llegaron 300 gendarmes a Concordia y la Prefectura
comenzó a patrullar en la ciudad. Para el Gobierno, el mayor foco de
tensión estuvo en la capital de Santa Fe. Allí, los policías rechazaron
el ofrecimiento de 8.100 pesos.
En Seguridad, a su vez, aseguraron
que la Nación no admitirá la sindicalización policial. Eso mismo sostuvo
el ministro de Seguridad, Julio Alak, en una conferencia en la que
consideró ilegal el reclamo y denunció un complot contra las
instituciones en la víspera del trigésimo aniversario de la restauración
democrática. Como prueba, Alak mostró una página en Facebook y denunció
al massismo.