Luego de criar a sus dos hijos el sábado cumplirá su sueño de participar en la competencia más exigente del mundo. Vive en Río Negro y trabajó con un psicólogo.
Catriel.- En el año 2009 Alicia Reina fue a ver la competencia
como espectadora en un tramo especial cerca de su casa en Catriel,
provincia de Río Negro, y ese día dijo que alguna vez iba a correr el
Rally Dakar.
El próximo sábado subirá a la rampa de largada en el Monumento a la
Bandera en Rosario y se convertirá en la primera mujer en participar de
esta competencia, un sueño que tiene desde que aprendió a manejar a los
11 años.
Madre de dos hijas y dueña de una ferretería en 25 de Mayo, una
ciudad de La Pampa a 30 kilómetros de su casa, decidió dedicarse al
automovilismo a los 34 años y comenzó participando en el campeonato de
Rally Argentino.
En 2008, en Salta, junto a su navegante de entonces Gabriela
Bevilacqua, fue la primera mujer en ganar una competencia en las 30
temporadas de la especialidad. En 2013 fue por más: se propuso correr el
Dakar 2014 y luego de un año de mucho esfuerzo consiguió el presupuesto
para cumplir su sueño.
Alicia Reina competirá con una camioneta Toyota, con el número 444,
junto con su navegante Carlos Pelayo y su objetivo es llegar a
Valparaíso para poder completar la competencia. "Estoy feliz de estar en
el Dakar", dijo a Infobae.
Para llegar de la mejor manera a esta cita, la piloto se entrenó
con un preparador físico y un psicólogo durante el año, sin abandonar su
trabajo en el corralón. "En las últimas semanas cambiamos la rutina
para empezar a aclimatarnos y acostumbrarnos al calor: salimos a correr
al mediodía", explicó.
Sobre la parte mental, Reina manifestó que se trata de hacer
hincapié en las debilidades y fortalezas de cada uno, y en lo que es la
concentración para enfrentar largos tramos de manejo sobre terrenos
complicados.
"Correr el Dakar es un desafío de vida, para todos los que hacemos
automovilismo es lo más importante a lo que podemos aspirar", agregó, y
señaló que si llega a Valaparaíso sentirá que le ganó a la competencia
más exigente del mundo.