Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

La solidaridad va al trotecito

Desde hace seis años, Jorge Buratti recorre el país con Caramelo y Grillito, sus queridos caballos, llevando ayuda a escuelas y hospitales. Ya anduvo 6870 kilómetros.

Y va Jorge. Hace más de seis años. "Somos un equipo", dice, en plural, mientras peina con su mano las crines de Caramelo y de Grillito, sus compañeros de ruta. No usa rebenque ni espuelas, porque les habla a sus caballos "como un padre a cualquier hijo".
Jorge Buratti tiene 56 años y una meta: "Llevar cultura, solidaridad y tradición a lugares alejados de nuestro país, para que sus pobladores accedan al conocimiento y la comunicación." Es presidente de Cabalgando por el País, una asociación civil sin fines de lucro que desde 2008 acumula 6870 kilómetros a caballo por toda la Argentina, ayudando a escuelas, hospitales y chicos con capacidades diferentes. "Este proyecto se propone lograr una mejor calidad educativa en las escuelas, acercando a ellas los medios y útiles necesarios para lograrlo, incentivando el servicio comunitario, alentando y contribuyendo al desarrollo de la buena voluntad y la paz mundial", explica su creador. ¿Cómo lo hace? Juntando, en su casa de La Tablada, ropa, calzado, alimentos no perecederos, libros y todo lo que la gente esté dispuesta a donar para contribuir con su misión. "Hay personas que ponen un camión, otras donan combustible, lo que sea. Es la gente que menos tiene la que más ha colaborado con Cabalgando."
Y lo lleva adonde necesiten. Al trotecito. "Y eso que yo no sabía andar a caballo", revela Jorge a modo de prólogo de su historia, que comenzó cuando, por su trabajo de periodista radial, hizo una entrevista con chicos a raíz del Día de la Tradición. "No sabían que significaba ese día –continúa–. Les pregunté si sabían qué era San Valentín o Halloween… y eso sí sabían. Pero de la tradición, nada. Eso me dio la pauta de que estábamos en el horno. Ese fue el clic." Así nació este proyecto que persigue que "todos los niños y niñas de nuestro país tengan las misma oportunidades", asegura.
Nunca haber pisado un estribo no fue impedimento para Buratti, que decidió aprender a montar porque "nuestra tradición, nuestro país, se hizo a caballo, y me pareció una buena idea". Y enseguida le presentaron a su primer ladero. "Se llamaba Bonito, era un zaino", y lo acompañó en su viaje inicial, el 16 de marzo de 2008. Bonito se accidentó en Río Luján, y fue en ese pueblo que Luis Zuzan, un gaucho de la zona, conmovido por su obra, le regaló a Caramelo y Grillito, sus actuales coequipers. "Ahí empezó la gran aventura", recuerda y sonríe Jorge.
De ahí en más no paró de coleccionar decretos municipales que lo nombran huésped de honor, en cada pueblo al que llega para dar. La lista es interminable: Villa Paranacito, Ceibas, Gualeguay, Colonia Elisa…, por su loable aporte, por su valiosa cruzada, por su desinteresada contribución, la extensa nómina de reconocimientos que el gaucho de La Tablada acumula como tesoros permite trazar su periplo solidario.
Sale en épocas de clase y pasa gran parte del tiempo a caballo: procura cubrir mil kilómetros por año. "No he parado en seis años, más allá de gripes, neumonías y fiebre", saca pecho. Siempre al paso, recorre unos 30 kilómetros diarios y cuando llega la hora de dormir: "Limpio el terreno, pongo un nailon, los corderitos de la montura son mi colchón, y me tapo con los ponchos y un impermeable." Un fogón les da calor a los tres, hombre y caballos.
"Hacer esto me cambió la vida. Yo era un periodista de Buenos Aires que de golpe y sopetón se chocó con la realidad. Vi cosas que nunca me imaginé que iba a ver: paisajes hermosos y también muchas necesidades. Ahora le estoy devolviendo a la sociedad algo de lo que me dio." ¿Qué piensa su familia? "Mis pibes me querían meter en un loquero, y por suerte hoy, para mis nietos soy como un superhéroe."
No está solo. Doce personas conforman Cabalgando por el País, y son muchísimos más los que le dan una mano. Las cosas que recolectan las trasladan en camiones, pero lo que importa, además de llegar, es ir, y Buratti va, con Caramelo y Grillito. Ya recorrió cinco provincias: Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Santa Fe, y hasta se dio una vuelta por Rio Grande do Sul, en Brasil. "La idea es tender una alianza entre todos para la grandeza de nuestra Patria", dice Jorge, en cuyo horizonte no está bajarse del caballo, sino seguir cabalgando. «