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Noche dolorosa. Gustavo Guichón, conteniendo las lágrimas en sus ojos, sostiene la foto donde está el jinete Espíndola, en el homenaje que se le brindó.
El payador Gustavo Guichón sigue en llamas por su reciente desvinculación del Festival de Doma y Folclore de Jesús María, tras una polémica decisión de la Comisión Directiva. “Ellos dicen que ya hay un ciclo terminado, como dijo despectivamente Hugo Baldo (el presidente de la comisión), ‘a Guichón había que sacarlo’, y que no lo hicieron antes porque cuando yo estuve enfermo ellos me estaban dando un tiempo... como si me hubieran ayudado. El arte, hermano, no tiene ciclos cumplidos. Los que tienen que cumplir el ciclo son ellos, que no tienen arte dentro de la comisión y que no se quieren ir”, dice con una mezcla de resignación y rabia el uruguayo radicado en Córdoba. “Yo he defendido a todo el gauchaje, a la posición del jinete en ese momento y ellos empezaron a cambiar los tantos”.
Claro, este asunto se remonta a la fatídica noche del 13 de enero de este año en la que falleció el joven jinete Alfredo Espíndola. Según Guichón, se trató de un mal entendido primero, y de “una persecución” después por parte de la Secretaría de Prensa del Festival.
Un periodista de un medio nacional (“creo que fue Crónica, no recuerdo”), le preguntó si esa tragedia era comparable a lo que pasó con Cromañón en Buenos Aires. “Yo le dije que en sentido figurado sí, pero no en la misma dimensión. Este hecho fatídico se dio en Jesús María, que es el Mundial de la jineteada. Eso, que fue un mal entendido total y del que me hago cargo, derivó en que la Comisión durante todo el año estuviera largando bocadillos de que este año (por el 2011) no iba a estar Gustavo Guichón en los campos de jineteadas”. El cantor dice que él habló con la prensa porque la Comisión estaba atrincherada y custodiada con la Policía y afuera los jinetes protestaban. “No lo hice para buscar figurar”, refuta tajante a las acusaciones de Baldo. “¿Por quién voy a hablar si no es por los jinetes con los que todos los domingos estamos en los campos de jineteada del país, hermano?”, se pregunta retóricamente, para aclarar que se solidarizó con ellos. “Pero en ningún momento hablé mal del festival. Ellos aducen un cambio, pero ese cambio venía de la última noche del festival donde nunca me miraron muy bien, porque yo soy un payador que canta verdades y lo que escribo con la mano no lo borro con el codo. No sangro por la herida de celos frente a los demás colegas, no tienen la culpa los payadores que irán a ocupar mi puesto”.
Molesto, Guichón sube la apuesta: “Lo que dijo Baldo de que venían pensando en cambiarme pero como estaba enfermo no me dijeron nada, eso es discriminación. Y guarda que no hable con la gente del Inadi”.
El payador asegura que después de la muerte de Espíndola, “hay muchos jinetes de todo el país a los que no se les permite anotarse en las finales para ir a Jesús María porque según ellos hablaron mal del Festival”. “Yo lo que dije es que un festival así tenía que tener caballos de primera y payadores de primera. Desafío a hacer una payada de contrapunto donde sea y sobre el tema que sea a los payadores de Jesús María”, dispara.
“Yo no estaré en Jesús María pero estoy en el corazón de la gente, y en la grilla de todos los festivales del país. Y eso es porque le regalé la vida durante 320 noches al Festival”, culmina.
Los dichos de Baldo. Las últimas declaraciones de Hugo Baldo, presidente de la Comisión Directiva, en el programa De todo un poco de LV2 fueron fulminantes: “Si él no está con nosotros, que no esté y listo, nos reservamos el derecho de contratar en esta comisión a los que cuando tienen que decir algo, lo dicen primero a nosotros y no a los medios”. Sin pelos en lengua.
Lo bancan a Guichón. Hubo muestras de solidaridad con el payador. El campeón argentino de jineteada, Franco Barbieri, le pidió a la Comisión que revea la decisión: “Me faltan los versos de Guichón y parece que me faltara una espuela para hechar una jineteada”. Otro que también lo apoyó, a través de Argentinísima Satelital, fue ni más ni menos que el Chaqueño Palavecino.