La víctima fue atacada el viernes pasado en
inmediaciones del ex hotel Sol. Los agresores se valieron de piedras
para golpearle el cráneo y de dos perros adiestrados para lastimar.
En inmediaciones del ex Hotel Sol, camino al circuito Arrayán,
Alejandro Concha se encontraba atando un cargamento de madera que debía
entregar en La Vega. En determinado momento se acercaron dos muchachos
junto a dos perros con intenciones de robarle. “Danos 100 pesos y el
celular o esto termina mal”, le dijeron. Ocurrió el viernes pasado
cerca del mediodía.
Alejandro tenía en su mano el fierro que utiliza para apretar la carga,
pero midió que sus potenciales agresores eran demasiado jóvenes. “Eran
pibes, no daba para pegarles un fierrazo en la cabeza”, nos cuenta.
Entonces intentó disuadirlos, pero no hubo forma. Los muchachos
levantaron la apuesta y amenazaron con romper todos los vidrios del
camión de Alejandro. Para eso comenzaron a agarrar piedras y se
separaron para emprender un ataque desde ángulos diferentes.
Alejandro argumentó que no tenía dinero encima y tomó el celular para
llamar a su señora. Se lo pudo escuchar pedirle que acercara 100 pesos,
darle la dirección exacta donde estaba, explicar le que debía darse
prisa porque estaba siendo asaltado. En realidad había marcado el 101 y
la Policía iba tomando nota de sus dichos.
Entonces los malvivientes se avivaron de que había “llamado a la gorra”.
Uno de ellos comenzó a tirar varias piedras contra el camión y también
al tobillo de Alejandro. Los perros, para colmo, se le fueron encima.
La víctima comenzó a defenderse cuerpo a cuerpo y los tres hombres
rodaron barranca abajo. Después vinieron las patadas y los piedrazos
sobre la cabeza de Alejandro, que de casualidad logró contarla. “Me
aflojaron cuatro dientes, me reventaron los labios a trompadas, uno de
los perros me mordió la cabeza y otro la rodilla, al final lograron
desmayarme”.
Justo en ese momento regresaba al lugar la gente que había ido a buscar
una guía para que el cargamento de madera se pusiera en marcha. Se
trataba de los tíos de los atacantes, que lograron detener la cruenta
escena. De inmediato llegó la Policía.
Final de la historia: Alejandro permaneció internado desde ese viernes
hasta ayer lunes al mediodía. Tuvo suerte, aunque resta practicarle una
resonancia magnética para descartar heridas internas. Los dos agresores
fueron detenidos y a las pocas horas recuperaron la libertad. Uno de
ellos tiene 17 años y el otro, mayor, fue identificado por Alejandro
Concha como Beto Epulef de 19 años.
Lo que resta es un sabor bien amargo. Al parecer, estos dos sujetos
andaban alterados, como bajo el efecto de drogas. Se dice que llevan un
buen tiempo aterrando a los vecinos del lugar.
Libres quedaron. Así de fácil.
“No fue un asalto cualquiera. Los tipos me estaban matando. Usaban
piedras como mazas para golpearme. Encima tienen dos perros adiestrados
para atacar, los dos grandotes, uno tipo bóxer y otro atigrado. En el
hospital me dijeron que había salvado mi vida de milagro. Y no tengo
miedo de contar esto con nombre y apellido porque no soy un nene, he
pasado por muchas cosas en la vida, y quiero que esto pare”, asegura
Alejandro en el final de esta penosa nota.