Como todos los años en esta fecha de Agosto, ya comienzan a verse a la vera de las rutas 250 y 22 las primeras muestras de fe para con el beato Ceferino Namuncurá.
Algunos pocos ciclistas y otros muchos jinetes de a caballo surcan las banquinas en busca de arribar a Chimpay para honrar al “lirio de la Patagonia”.
Se sabe de un grupo que ayer partió desde Senillosa y que recorrerá los casi 200 kilómetros que distan entre ambas localidades para estar arribando el viernes.
Mario Campos uno de los jinetes señalo que no importo la lluvia ni el frio ya que es necesario agradecer al Santo Patagonico.
Pero éstos “embajadores”, portadores de mensajes, pedidos y agradecimientos propios y de otros que por algún motivo éste año no podrán llegar a rendir culto a Ceferino, no solo son de Senillosa.
A ellos se sumaron otros procedentes de Centenario, El Chañar, Plottier, Allen y Piedra del Águila.
“Ni bien la caballada se asomó a la 22, los automovilistas empezaron a saludar a los peregrinos con señales de luces y bocinazos” – dice la crónica. Y seguramente éste ritual se va a repetir cada vez que alguien se cruce con ellos.
“El primer alto en el camino se hizo en el Fortin El mangrullo de Cipolletti, donde los peregrinos compartieron un almuerzo criollo y aprovecharon para darles agua y algo de pasto a los caballos” continúa diciendo.
Cuenta entonces que “luego del amancer grisaceo los montados ajustaron los aperos gauchos y retomaron el camino hacia Chimpay.
Hoy cuando llegue el alba volverán a ensillar sus caballos para buscar la localidad de Guerrico donde pasarán la segunda noche de travesía.