Voces encontradas. En las organizaciones de Derechos Humanos generó rechazo y hablan de instalación del aparato represivo.
Neuquén > Un niño vestido de policía, con identificación y portando una 9 milímetros de réplica en la cintura durante el acto público del aniversario 57 de la Policía de Neuquén, desató la polémica y trajo viejos recuerdos del intento de creación de una fuerza infantil.
El miércoles a la mañana se realizó el acto central en calle Richieri y, al momento del desfile, llegó la sorpresa tanto para el jefe de la Policía, Raúl Laserna, como para los integrantes del área de Protocolo, al ver a un niño vestido de uniforme con una 9 milímetros de réplica en la cintura y rodeado por policías armados.
La imagen tomada por este medio, que fue tapa en la edición de ayer, generó opiniones cruzadas.
Desde la Policía admitieron que “el padre del chico no informó a Protocolo que el niño iba a marchar (en un acto público), cosa que llamó la atención”, confió un vocero de la fuerza.
Uno de los integrantes de la organización Zainuco brindó su opinión personal respecto del polémico evento. “Para mí, ni de juguete tiene que ser el arma, porque es instalar una forma violenta en forma lúdica. Además, no hay que tratar de militarizar la sociedad sino de generar condiciones de igualdad. Este es un claro mensaje de militarización”, explicó Egea.
Desde el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh), Ivana Dal Bianco manifestó: “Me generó rechazo la imagen. Esto es lo que le transmiten, en vez de estar con un autito o un libro al chico lo ponen a jugar con un arma”.
La militante de los derechos humanos aseveró que “este es el modelo de ideal represivo a seguir que ofrece el Gobierno. No se trata de un mensaje inocente, es una forma de naturalización de la presencia policial que de por sí es violenta”.
En el gobierno provincial hubo reacciones dispares. El subsecretario de Seguridad, Gustavo Pereyra, indicó que “fue un acto inofensivo y lo pintaron como un crimen”.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Gabriel Gastaminza, manifestó: “Lo desdramatizo. Es propio de un niño orgulloso de su papá y de su profesión. En su medida, el niño busca imitarlo. Lo mismo pasaría si el papá es médico o carpintero. No le doy otra lectura”.
Respecto de la portación del arma, el ministro explicó que, como padre, “cada uno cría a sus hijos como cree más correcto. Personalmente trato de evitar que mi hijo juegue con pistolas, pero también es cierto que todos, de chicos, hemos jugado a los policías y ladrones”, concluyó el funcionario policial.
Internamente, en la Policía se deberá analizar si se puede, en forma arbitraria, introducir a su hijo en medio de una formación oficial en un acto público.
Opinión
"Esto no es igual a un juego"
Por María Beatríz Gentile (*)
Como mínimo, desafortunada e inapropiada resulta la exposición de un niño marchando con uniforme y arma policial. Esto no es equiparable a un “juego de niños” desde el momento en que forma parte de un desfile en el espacio público frente a las máximas autoridades de la Provincia. Es necesario pensar en programas de contención e inclusión social para los más jóvenes en los que prime el desarrollo de la subjetividad, la creatividad y el pensamiento crítico, como lo explicitan los Tratados Internacionales sobre derechos de niñas, niños y adolescentes. En el año 2010, los ministros de Desarrollo Social de todo el país -durante una sesión del Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia- firmaron un acta acuerdo con el objetivo de erradicar las policías o gendarmerías infantiles y generar proyectos de inclusión.