En agosto entró en vigor el último de los tres aumentos dispuestos por el Gobierno y la quita de subsidios a los usuarios residenciales. Efectos directos sobre las boletas. Los reclamos de los usuarios.
A partir de este mes, para los hogares porteños que más consumen, significan una suba de 57% con respecto a junio y de 676% desde marzo pasado. Los usuarios del resto del país, de ese mismo nivel de demanda, tendrán un incremento similar.
Para los vecinos porteños de menor consumo, también deberán hacer un esfuerzo mayor ya que el incremento del mes pasado para ellos fue de 25% con respecto a junio y de 207% desde marzo. Para los que menos consumen fue de 85% en abril y de 34% en junio (respecto de abril). Mientras que un cliente denominado R3-4 (de alto consumo) tuvo un alza en la tarifa de 195% en abril y 71% en junio (sobre el número anterior).
Cabe destacar que sólo evitarán esas subas los que ahorren gas (un 20% en el consumo con respecto al mismo período del año anterior), algo que, según los números del Gobierno, no fue la tendencia predominante.
Ante este panorama, las quejas de los consumidores llegaron mucho después, a medida que los cambios se notaron en la facturación. Fue allí cuando los usuarios comenzaron a optar por pedir su ingreso al registro de exceptuados y no pagar el cargo adicional para solventar el costo del gas importado, según informa el diario La Nación.
A esta suba en los montos de las facturas de gas, se suma el anuncio del Gobierno de un aumento superior al 400% en la tarifa del agua que presta AySA.