Viven hacinados en una pequeña casa, entre basura y animales enfermos. La Policía realizaba allanamientos en Confluencia y encontró a los menores.
NEUQUÉN (AN).- Una serie de allanamientos que derivaron de los conflictos entre familias del barrio Confluencia reveló la condiciones de precariedad en las que vive una mujer con sus hijos. En uno de los domicilios intervenidos convivían hacinados nueve niños menores de edad con su madre de 35 años. Pidieron asistencia social y la intervención del Estado.
Montones de ropa y basura en los cuartos, un baño despidiendo un olor nauseabundo e insoportable, restos de comida tirados, paquetes de harina roídos por las lauchas, una heladera desvencijada con comida en mal estado en su interior, perros sarnosos e infestados de garrapatas y una familia de al menos 10 personas conviviendo con todo ello.
En ese deplorable estado encontraron los agentes del departamento de Delitos el domicilio de Verónica Osés, de 35 años, con sus nueve hijos. Lo hicieron en medio de múltiples allanamientos en el barrio.
A raíz de la precariedad en la que vive la familia, la Defensora del Niño, Nara Osés, indicó que coordinarán tareas con Desarrollo Social y que asistirán al lugar para evaluar la situación de los niños.
Sergio Dana, asistente social del Distrito N° 1 de la Defensoría de los derechos de la Niñez, indicó que "tomamos intervención y conocimiento de la situación por aviso de la Comisaría del Menor y también de los medios" y agregó que "estamos muy impactado por el caso".
Un búnker de guerra
El lugar funcionaba hace algunos años como un destacamento policial; luego, cuando se inauguró la comisaría 19, el domicilio fue abandonado y luego permaneció vallado, también hubo intenciones de convertirlo en la sede de la vecinal, hasta que finalmente Osés lo tomó hace un año.
La estructura parece un búnker de guerra, la mampostería derruida, marcas de balas en un portón en la parte trasera, con todas sus ventanas enrejadas.
Los niños yacían en dos colchones tirados en el piso, a la entrada del lugar. El SIEN asistió a los menores empezando por la más chica, de nueve meses. Ninguno presentaba problemas de salud agravados. La médica que trabajó en el lugar manifestó su sorpresa por la situación y aclaró que "en mi vida vi algo así, son condiciones infrahumanas".
Yanet Geldrés, pareja del hijo más grande de Osés, con mucho fastidió expresó que "nunca nos ayudaron. Mi suegra -Verónica Osés-, se dirigió a la vecinal y siempre le cerraron las puertas. Nunca vino nadie a ver la situación en la que vive. Las veces que hicieron política en el barrio ella pidió que la ayuden a sacar la mugre que hay acá, le prometieron miles de cosas y nadie hizo nada por ella, ni por lo menores".