Dos escuelas rurales de la comunidad witchi ubicadas a 480 kilómetros de la capital provincial, no tienen nada. Las inundaciones del 2007 inundaron todo pero todavía no fueron reconstruidas. "Quiero que los chicos tengan más capacitación que yo", afirmó el único docente.
Las escuelas Nº 56 y Nº 462 fueron arrasadas por las aguas del río Pilcomayo en las inundaciones de 2007 y desde ese entonces nunca fueron reconstruidas según un informe de Periodismo para Todos que conduce Jorge Lanata.
La primera de ellas tiene una matrícula de 56 alumnos pero sólo 15 concurren diariamente al lugar que el único maestro que tiene, Alfonso Epifanio Francisco, acondicionó todo como pudo.
"Cuando le enseño a los chicos, pienso que en ellos está el futuro. Quiero que los chicos que yo enseño tengan más capacitación que yo", expresa sentado bajo el techo y junto al único pizarrón.
Es que a la escuela le faltan paredes, útiles, utensillos para comer y tienen solo una pizarra para todos.
La segunda de las escuelas tiene una matricula de 58 chicos pero cuando hay viento no pueden trabajar.