Vienen por ruta y tienen varias formas de sortear los controles.
La frontera neuquina se ha transformado en la principal opción de las bandas narco para traficar marihuana a Chile, país donde pueden concretar una enorme ganancia. Es por eso que atraviesan todo el país con vehículos recubiertos de droga y se valen de distintas tretas para sortear los controles y llegar con el cargamento a destino.
LM Neuquén filtró información de las fuerzas de seguridad nacional, Aduana y AFIP, para reconstruir las travesías narco.
“Neuquén tiene cinco pasos abiertos casi todo el año y, como se carece de escáner para autos y camiones, las bandas narco emprenden sus viajes por esta zona”, reveló una fuente de seguridad.
Entre el 31 de marzo y el 1 de septiembre últimos se frustraron 9 cargamentos en cuatro de los pasos: se decomisaron unos 600 kilos de droga, que en el mercado están valuados en 8,5 millones de pesos.
Las fuerzas de seguridad calculan que se secuestra el 30 por ciento de la droga que se trafica. Por eso, la cantidad de sustancias que podría haber pasado a Chile superaría los 1.800 kilos.
La travesía narco
Este diario ya reveló que la aventura narco arranca en la frontera con el Paraguay. Allí, en la costa del río Paraná, las organizaciones consiguen el kilo de marihuana a $500 pesos. El mismo kilo puesto en Chile trepa a $14.000 pesos.
Es por esto que las bandas desarrollan toda una ingeniería para llevar el cargamento: el primer paso es esconderlo en el doble fondo que les fabrican a los autos; también en las puertas, asientos y hasta tanques de gas de los coches con GNC. Llegan a camuflar entre 50 y 200 kilos de marihuana en un solo vehículo.
El segundo paso es seleccionar rutas y caminos donde puedan sortear controles. Suelen encarar la travesía con un auto como avanzada que -vía celular- va advirtiendo si hay controles activos. “En Neuquén hay que sortear principalmente el puente carretero y la báscula en Senillosa”, contó una de las fuentes consultadas.
Una estrategia alternativa es poner un vehículo de anzuelo con una carga base de no más de 40 kilos de droga. La idea es que sea detectado con facilidad en el paso fronterizo y que mientras el personal de control está “entretenido” desarmando el coche, pasa otro con un cargamento cinco veces superior.
También, suelen embadurnar la droga con grasa de auto para que no la detecten los perros entrenados y recubren con plomo los ladrillos de marihuana para no ser descubiertos por el fibroscopio -un cable semirrígido con luz y una cámara para acceder a lugares complejos- o el búster, que sirve para medir la densidad de los materiales. “Esto solo lo detecta un ojo entrenado”, confió un especialista de la frontera.
Los narco están pagando hasta $30.000 a gente de la zona cordillerana para que pase los autos con droga. En el procedimiento del lunes último en Pino Hachado detectaron 103 kilos de marihuana en un Chevrolet Meriva, y el detenido confesó a la Justicia que le habían pagado esa cantidad de dinero.