Se lo dijo Analía a su hermana, cuya pareja ultrajó por 3 años a la nena.
Centenario.- “A mi hermana la respeté hasta el día del juicio, cuando le dije que había entregado mi hija al abusador, que todavía es su pareja”, dijo desconsolada Analía, la madre de la chica de 15 años que sufrió un calvario desde los 9 hasta los 12, cuando se animó a denunciar a la pareja de su tía, que ya fue condenada y está libre mientras espera que se le imponga la pena.
Analía tiene las cosas claras. Sabe que la relación con su familia se quebró. Su pareja la golpeaba y tuvo que abandonar su casa hace unos años. Después, en junio de 2012, se enteró del abuso de su hija por el relato de una sobrina que, casualmente, también denunció abusos por parte del condenado.
La mujer tiene 33 años y quiere que la Justicia pueda meter en la cárcel al abusador, que sabe que en cualquier momento, por la edad (68 años), pronto podría beneficiarse con la prisión domiciliaria.
“Éste era un señor que se creía que porque era bueno y amable nadie lo podía tocar. Pero tenía dos caras, y hay una que mi hija la vivió durante años”, se lamentó Analía en su relato ante LM Neuquén.
Un hombre conocido
El hombre condenado por abuso es una persona conocida en Centenario. Es dueño de una inmobiliaria y, además, ex directivo de la Cooperativa Telefónica Centenario, una entidad que construyó prestigio al calor de sus pioneros.
También integró alguna lista dentro de la actividad partidaria y tenía buen roce social con personas del “mundo político” local.
El hombre fue hallado responsable penalmente del delito de abuso, según el fallo de los jueces Mara Suste, Martín Marcovesky y Alfredo Elosu Larumbe.
Pero la condena aún no tiene una pena fija y se resolverá en estos días. Lo que se prevé como base son 8 años de prisión, pero el fiscal Gustavo Mastracci podría pedir más años debido a la complejidad del caso.
“Ella (por su hija) quiere que la sociedad ya no lo mire como un señor. Se sacó una pesada mochila de encima, que es la vergüenza, y se la tiró a el”, dice Analía, que conoce en carne propia las historias familiares de abusos y maltratos.
Sobre el hombre también pesa otra denuncia de presunto abuso que radicó la prima de la víctima, quien fue la que develó a la madre toda la trama familiar, que terminó en la condena.
“Él la llevaba hasta las oficinas de la Cooperativa y también a su casa. Era una persona amable, la llevaba y traía de la escuela, pero cuando mi sobrina me cuenta lo que había pasado, mi hija estuvo casi seis meses negándolo, hasta que me dijo la verdad”, expresó.
La historia de Analía está atravesada por la palabra ‘abuso’. Se separó de su pareja, no sólo por la violencia de género, sino también porque él abusaba de su sobrina.
“La relación con mi hermana se rompió. A mi me pasó lo mismo que a ella, pero la diferencia es que yo me separé. No puedo estar con una persona así”, aseguró.
El caso revolucionó a la ciudad, y rápidamente se propagó por las redes sociales. Pero nada asegura que haya una condena firme, como quiere la familia.