El Boletín Oficial del 3 de julio trajo consigo la información de la expulsión de once efectivos policiales.
Por Jorge Gadano jorgegadano@gmail.com y Esteban Idiarte ismaeles1919@gmail.com
El Boletín Oficial de Neuquén sorprende cada viernes si se observan con detenimiento los decretos firmados por el gobernador Jorge Sapag. El documento publicado el 3 de julio trajo consigo la información de la expulsión de once efectivos policiales. Los decretos, ordenados del 1.389 al 1.399, disponen la destitución de los agentes en seis casos por exoneración y en los restantes cinco por cesantía.
Maximiliano Serrano y Everardo Urrutia son miembros del autodenominado Sindicato de Policías y Penitenciarios (Sinpope) y ambos fueron echados el año pasado, por exoneración y cesantía respectivamente. En diálogo con "Río Negro" explicaron cuál es la situación de la fuerza pública en Neuquén.
Serrano y Urrutia señalaron que desde el autoacuartelamiento de la fuerza policial en diciembre de 2013 se han sucedido estas destituciones. Además, remarcaron que otro factor que incomodó a la cúpula de la policía y al ejecutivo neuquino fue la iniciativa de crear el sindicato a mediados de 2014. Por estas causas, desde fines de 2013 "ya hay 110 efectivos cesanteados y exonerados", precisó Urrutia y supone que para el próximo diciembre serán 130 las personas destituidas.
Serrano agregó que "a la provincia no le interesó el recurso humano que dejó afuera" y explicó que las 110 personas expulsadas tenían años de servicios y de capacitación. "Perdés a esas 110 personas y tenés que incorporar gente nueva y otra vez hay que capacitar" añadió.
Organización sindical libre
En diciembre de 2013 reclamaron una mejora salarial y desde 2014 comenzaron a luchar por su derecho a agremiarse. Según el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, todos los habitantes están habilitados para integrar una "organización sindical libre y democrática". Sin embargo, durante el año pasado se realizaron plenarios administrativos -juicios internos de la policía- para echar a los efectivos que impulsaron la formación del sindicato.
Desde el Sinpope indicaron que no hay una ley que prohiba la sindicalización de las fuerzas de seguridad y penitenciarias. "Nosotros la herramienta que tenemos es la que nos da la Constitución, que es la libre agremiación de los trabajadores" detalló Serrano.
Aclararon que Sinpope se empezó a conformar "a raíz del malestar que hay dentro de la fuerza". Actualmente, el salario no es el punto más importante de su reclamo, sino que existen otros problemas por los cuales consideran necesario agremiarse para solucionarlos. Advirtieron que, además del constante abuso de autoridad de los altos mandos, "el desarraigo -alejamiento del policía de su familia- es un problema que ha llevado a la depresión y al suicidio de compañeros".
Asimismo, dejaron en claro que "tener un sindicato de una fuerza policial no significa desprotección, significa defender los derechos laborales internamente". Sospechan que el gobierno provincial y la cúpula de la policía tienen temor al sindicato porque representaría un control sobre sus tareas.
Por Jorge Gadano jorgegadano@gmail.com y Esteban Idiarte ismaeles1919@gmail.com
El Boletín Oficial de Neuquén sorprende cada viernes si se observan con detenimiento los decretos firmados por el gobernador Jorge Sapag. El documento publicado el 3 de julio trajo consigo la información de la expulsión de once efectivos policiales. Los decretos, ordenados del 1.389 al 1.399, disponen la destitución de los agentes en seis casos por exoneración y en los restantes cinco por cesantía.
Maximiliano Serrano y Everardo Urrutia son miembros del autodenominado Sindicato de Policías y Penitenciarios (Sinpope) y ambos fueron echados el año pasado, por exoneración y cesantía respectivamente. En diálogo con "Río Negro" explicaron cuál es la situación de la fuerza pública en Neuquén.
Serrano y Urrutia señalaron que desde el autoacuartelamiento de la fuerza policial en diciembre de 2013 se han sucedido estas destituciones. Además, remarcaron que otro factor que incomodó a la cúpula de la policía y al ejecutivo neuquino fue la iniciativa de crear el sindicato a mediados de 2014. Por estas causas, desde fines de 2013 "ya hay 110 efectivos cesanteados y exonerados", precisó Urrutia y supone que para el próximo diciembre serán 130 las personas destituidas.
Serrano agregó que "a la provincia no le interesó el recurso humano que dejó afuera" y explicó que las 110 personas expulsadas tenían años de servicios y de capacitación. "Perdés a esas 110 personas y tenés que incorporar gente nueva y otra vez hay que capacitar" añadió.
Organización sindical libre
En diciembre de 2013 reclamaron una mejora salarial y desde 2014 comenzaron a luchar por su derecho a agremiarse. Según el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, todos los habitantes están habilitados para integrar una "organización sindical libre y democrática". Sin embargo, durante el año pasado se realizaron plenarios administrativos -juicios internos de la policía- para echar a los efectivos que impulsaron la formación del sindicato.
Desde el Sinpope indicaron que no hay una ley que prohiba la sindicalización de las fuerzas de seguridad y penitenciarias. "Nosotros la herramienta que tenemos es la que nos da la Constitución, que es la libre agremiación de los trabajadores" detalló Serrano.
Aclararon que Sinpope se empezó a conformar "a raíz del malestar que hay dentro de la fuerza". Actualmente, el salario no es el punto más importante de su reclamo, sino que existen otros problemas por los cuales consideran necesario agremiarse para solucionarlos. Advirtieron que, además del constante abuso de autoridad de los altos mandos, "el desarraigo -alejamiento del policía de su familia- es un problema que ha llevado a la depresión y al suicidio de compañeros".
Asimismo, dejaron en claro que "tener un sindicato de una fuerza policial no significa desprotección, significa defender los derechos laborales internamente". Sospechan que el gobierno provincial y la cúpula de la policía tienen temor al sindicato porque representaría un control sobre sus tareas.