Fin de una pesadilla en la selva boliviana para una niña española, ¿comienzo de otra?. De no creer lo que ha vivido esta menor en su cautiverio. ¿Y los padres?
Por Ana Lázaro Verde desde Madrid
Tiene diez años y los últimos siete meses los pasó en la selva boliviana con un hombre que se quería casar con ella. Al aterrizar hoy en España con una manta lila cubriéndole los hombros y arrastrando una pequeña maleta de ruedas, hoy terminó la pesadilla de esta menor. Pero comienza otra.
Su rescate el pasado 8 de marzo no es el final de esta historia que ha conmocionado a España y a Bolivia. La Justicia española imputó hoy a sus padres por un presunto delito de abandono familiar. Y recién llegada a España, la niña pasó a manos de los servicios sociales, que le atenderán provisionalmente.
La menor, de origen marroquí, permaneció secuestrada a manos de un hombre boliviano de 36 años, vecino de su familia y residente en España bajo una falsa identidad. Durante su cautiverio, le obligó a trabajar en las plantaciones cocaleras y a caminar decenas de kilómetros por la selva amazónica para huir de la policía, que le seguía los pasos.
Cómo es que salió de España hacia Bolivia
Su historia saltó a la prensa española y boliviana cuando las autoridades policiales anunciaron su rescate en una complicada operación coordinada por las fuerzas de seguridad españolas y bolivianas.
En ella, tras varios intentos frustrados, se logró detener al secuestrador, que ahora permanece arrestado en una prisión de Cochabamba (Bolivia) acusado de "trata de personas, abuso sexual y asociación delictuosa".
La pequeña salió de España con él en agosto. Su destino: Bolivia. Según destacaron fuentes de la investigación, el hombre contaba con una autorización notarial en la que los padres consentían el viaje.
Los días siguientes a su llegada al país sudamericano pudo hablar por teléfono con sus progenitores, aunque su acompañante le obligaba a hacerlo en español y no en árabe -su lengua materna- para tenerla controlada.
Poco después, el contacto se interrumpió. Los padres se asustaron, presentaron la denuncia ante la policía y comenzó la investigación.
Quería casarse con la chiquita
El secuestrador resultó ser Grover Morales y no Raúl Hernán Miranda Pérez, como se hacía llamar en España. En 2004 había sido detenido en su país por violar a sus hermanas menores. Estuvo dos años en prisión y después huyó a España. Allí urdió su plan para llevarse a la pequeña y casarse con ella.
El macabro proyecto fue abortado gracias a las investigaciones de las policías española y boliviana, que dieron con su paradero.
Ahora, la investigación se centra en averiguar si los progenitores dieron la autorización que el secuestrador mostró a la policía y, en caso de ser así, por qué lo hicieron. Los padres aseguraron hace unos días ante los agentes que su vecino les engañó y que le dejaron llevarse a la niña porque querían que viajara.
De momento, el juez instructor del caso les imputa un presunto delito de abandono de familia y no descarta que buscaran algún tipo de compensación, aunque ellos lo niegan rotundamente.
El domingo, un centenar de personas apoyó a la pareja en una concentración en l'Hospitalet de Llobregat, localidad en la que residen en el noreste de España. Allí, la madre aseguró que no acordaron ningún tipo de transacción económica con el secuestrador.
Mientras su papel en esta historia se resuelve, la niña vivirá en un centro residencial público donde recibirá atención psicológica. De momento no podrá volver a su hogar, aunque el juez no cierra la puerta a que pueda encontrarse con sus padres, siempre que sea en un lugar "controlado".
El magistrado también ha dictado algunas medidas cautelares para evitar que la pequeña pueda volver a sufrir abusos: prohibió su salida de España y que se le pueda expedir un pasaporte o retirar el que tiene actualmente.