Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

Un triángulo entre Sapag, Pechen y Sobisch

El aumento en el Poder Legislativo fue un hecho político llamativo e importante, aunque rápidamente se lo corrió de la escena. Abrir la Caja de Pandora no es conveniente para oficialistas, pero tampoco para opositores. Hay una única certeza: el frenesí electoral que ya comienza, irá de la mano de un aumento del gasto público.

En los últimos días, hubo un hecho que no debería ser menospreciado en la política neuquina. El oficialismo en la Legislatura –es decir, el MPN y sus aliados del PJ no K- impulsó y sancionó una Ley que aumentó los salarios de los empleados del Poder Legislativo, y al mismo tiempo, las dietas de los diputados.

Este hecho mereció una rápida condena (y hasta se sobreactuó un enojo) del gobernador Jorge Sapag. A las pocas horas, la vicegobernadora, Ana Pechen, reiteró sus razones para respaldar ese incremento. En el medio, el presidente del MPN, Jorge Sobisch, coincidió con el gobernador, y por ende, desautorizó desde la estructura partidaria a la vicegobernadora, y fortaleció la postura de su virtual adversario electoral.

Haciendo abstracción de la justicia o la oportunidad del aumento en los salarios y las dietas (¿quién puede opinar con razón, en medio del desbarajuste económico que produce la inflación?), quedó más o menos claro y evidente que en el MPN se sigue peleando hacia adentro. Concretamente, hay diferencias, discrepancias y hasta encendidas guerras intestinas sólo entendibles en un partido que –como gobierna la provincia- es el que administra entre 7 mil y 8 mil millones de pesos por año. Son los números de un presupuesto que constituye una burbuja explosiva pronta a estallar.

Pechen y el diputado José “Pino” Russo fueron los encargados de defender el aumento, la oportunidad, y –sobre todo- la autonomía real del Legislativo, como Poder independiente que es, con autarquía presupuestaria. La oposición, que validó el incremento y después se lanzó a un frenesí aclaratorio sobre las consecuencias en sus propias dietas, enseguida se llamó a un prudente silencio.

Es que rápidamente se entendió que la ocasión podía servir. ¿Para qué intervenir en una pelea que el oficialismo había asumido como propia? ¿Acaso no sería bueno para la oposición, sea cual fuere el resultado de sus intentos de amalgama, una discrepancia (¿una más?) entre el gobernador y la vicegobernadora?

El primer punto a dilucidar es si realmente hubo una discrepancia profunda entre Sapag y Pechen. Lo concreto y público es que el gobernador adujo no haber sido consultado. Pero es claro que la intención fue marcar la diferencia, y que sería poco común, por no decir directamente improbable, que una negociación que llevó varios meses la titular del Legislativo con el gremio ANEL formara parte de los archivos secretos del Parlamento neuquino.

Es posible, en este contexto, que lo de Sapag y Pechen no haya sido una diferencia, sino parte de una estrategia nacida del descalabro de las cuentas públicas, que no se ordenan ni se ordenarán fácilmente. Sapag tenía que criticar sí o sí el aumento, para que los gremios que negocian con el Ejecutivo de manera ininterrumpida, no tuvieran servido el argumento de que si se puede en un sector del Estado, se puede en todos. Al mismo tiempo, mostró por el lado de Pechen que cuando un sindicato negocia en paz y tranquilidad, consigue más que haciendo huelgas, bloqueos de ruta, cortes de calles y ocupación de edificios.

Tanto Pechen como Russo, que sigue siendo al menos por ahora el jefe del Bloque del MPN, confirmaron su alineamiento con el gobernador, y respaldaron la continuidad a través de la reelección. Ambos deben ser concientes que sus actitudes han igualmente marcado una diferencia. Russo la puso muy en claro. “Yo no tengo nada para esconder. Nada indebido pueden encontrarme”, dijo para marcar un nivel de independencia que aparentemente no es compartido por muchos en el partido en el que milita. Lo dijo en referencia a la dieta que percibe y al manejo de su propia economía. Pechen había dicho algo parecido: “prefiero a diputados bien pagos”, sostuvo. La sugerencia es clara, y es a la vez la misma de siempre: los sueldos políticos bajos en el Estado lo único que marcan es que hay plata que entra en las billeteras desde otros ángulos, que no pasan por el recibo oficial de sueldo. No en todos los casos, seguramente. Pero ¿en qué bando ético militará la mayoría, en un Estado que ha ido acumulando años de corrupción sistémica?

La discusión por el tema aumento de dietas y salarios legislativos fulguró como un cohete de pirotecnia altamente potente. Hizo mucho ruido, brilló con luz extraordinaria, pero duró poco.

Tal vez, se entendió rápidamente que no convenía dejar abierta la caja de Pandora. Ni al oficialismo ni a la oposición lo seducen un hipotético blanqueo absoluto de las mecánicas argentinas de administración del Estado.

La cuestión política que evidenció, seguirá velada por el misterio. Se sabe que hay y hubo diferencias políticas entre Sapag y Pechen. Pero no alcanzarían para significar un quiebre. ¿Cómo juega Sobisch en este tema? El ex gobernador y de nuevo aspirante al Ejecutivo sólo pretende alimentar su línea de “debate ideológico” sobre el rol de los gremios en la fijación de políticas públicas: no los quiere en la mesa de las decisiones. En esto, discrepara claro y fuerte con la posición del oficialismo gobernante, que ha propiciado las mil y una negociaciones con los sindicalistas, sin vigilar demasiado qué línea política estaba sustentando.

Hagan lo que hagan los distintos sectores del MPN, hay una certeza ineludible: la masa salarial del Estado seguirá creciendo. El 2011 encontrará a Neuquén con un gasto público superlativo. No desentona en una Argentina tan esquizofrénica que es capaz de marcar récords de subsidios a actividades económicas que deberían ser rentables por sí mismas (energía, transportes) y a la vez niega la única relación seria de actualización de jubilaciones (el 82 por ciento móvil, que no es un invento de ahora, sino que siempre estuvo marcado como necesario) porque “quebraría” al Estado.

Con la certeza ahora de que se elegirá gobierno en Neuquén antes de agosto del año próximo, el juego de las simulaciones se incrementa porque la vida es más corta. Fatalmente, habrá que mostrar las cartas reales en unos pocos meses más. Aumenta la ansiedad y el estrés político, con un contexto de población que cada vez piensa más en el bolsillo y menos en utopías solidarias.
Rubén Boggi