El ex oficial de la Gestapo Erich Priebke, condenado por la matanza de las Fosas Ardeatinas, tiene 97 años, y permiso para salir a hacer las compras y otros trámites necesarios a su curiosa vida como preso a domicilio. Breve crónica de la actualidad del anciano que pasó buena parte de su vida, sin problema alguno, en Bariloche, amparado por la tolerancia culposa de Argentina.
Erich Priebke, el ex jerarca nazi que vivió tantos años, amparado por la amplitud tolerante argentina hacia los criminales de guerra, en Bariloche, y que fue apresado en esa ciudad y juzgado después por el crimen de la Fosas Ardeatinas, en Roma, pasea, vigilado por policías, por las calles de esa misma ciudad italiana, la misma que fue mudo testigo del escalofriante fusilamiento de 335 italianos, durante la Segunda Guerra.
Según han publicado distintos diarios del mundo, y en el caso de Argentina, con una nota especial, el diario Clarín, Priebke, que tiene actualmente 97 años, sale de su casa –donde cumple arresto domiciliario perpetuo- para hacer las compras. La policía lo acompaña, se supone que más para protegerlo que ante cualquier posibilidad de eventual fuga.
La única fuga de Priebke, si es que se puede admitir tal cosa, sea posiblemente hacia la muerte.
Su abogado Paolo Giachini, en cuyo domicilio romano reside el hombre que antes viviera en Bariloche, sin necesidad de ocultar su identidad, explicó que su representado desde hace un año goza de estos permisos “por la aplicación del código de procedimientos penales”.
Incluso, protestó porque el ex oficial de la Gestapo debe avisar con 36 horas de anticipación cuando quiere salir y es constantemente escoltado por la policía.
El abogado dijo que Priebke sale a la calle porque la persona que le hacía los trámites fuera del arresto domiciliario “ya no puede ayudarlo porque tiene problemas de salud”.
Erich Priebke, el ex jerarca nazi que vivió tantos años, amparado por la amplitud tolerante argentina hacia los criminales de guerra, en Bariloche, y que fue apresado en esa ciudad y juzgado después por el crimen de la Fosas Ardeatinas, en Roma, pasea, vigilado por policías, por las calles de esa misma ciudad italiana, la misma que fue mudo testigo del escalofriante fusilamiento de 335 italianos, durante la Segunda Guerra.
Según han publicado distintos diarios del mundo, y en el caso de Argentina, con una nota especial, el diario Clarín, Priebke, que tiene actualmente 97 años, sale de su casa –donde cumple arresto domiciliario perpetuo- para hacer las compras. La policía lo acompaña, se supone que más para protegerlo que ante cualquier posibilidad de eventual fuga.
La única fuga de Priebke, si es que se puede admitir tal cosa, sea posiblemente hacia la muerte.
Su abogado Paolo Giachini, en cuyo domicilio romano reside el hombre que antes viviera en Bariloche, sin necesidad de ocultar su identidad, explicó que su representado desde hace un año goza de estos permisos “por la aplicación del código de procedimientos penales”.
Incluso, protestó porque el ex oficial de la Gestapo debe avisar con 36 horas de anticipación cuando quiere salir y es constantemente escoltado por la policía.
El abogado dijo que Priebke sale a la calle porque la persona que le hacía los trámites fuera del arresto domiciliario “ya no puede ayudarlo porque tiene problemas de salud”.
Algunas fotos muestran a Priebke por la calle, en un supermercado y haciendo compras en una farmacia. Una de esas fotos ilustra esta nota.
El crimen por el que fue juzgado y condenado Priebke se consumó unos meses antes de la liberación de Roma por los aliados en unas cuevas sobre la vía Ardea, llamadas Fosas Ardeatinas. Las víctimas, en buena parte judíos romanos, fueron capturadas por los ocupantes alemanes en sus casas, en la calle y hasta en la prisión romana de Regina Coeli para cumplir una orden que venía personalmente de Adolf Hitler.