Marcelo Guagliardo terminó de hablar ante la muchedumbre y desde un sector comenzaron a llover los primeros insultos. “¡Mostrá el acta cagón!”, gritó un maestro enfurecido. “Queremos la asamblea en el puente”, coreó un grupo de docentes entre las cerca de 700 personas que querían escuchar de boca de su secretario general los términos de la reunión con el gobierno.
La dura interna que tiene el gremio ATEN ya es pública y notoria. Al menos seis listas van a competir en las elecciones para renovar la conducción sindical en el mes de noviembre y ya se encuentran en campaña tratando de llevar sus propuestas y bajando las líneas sobre la política que debería implementar el gremio en cada negociación salarial con el gobierno.
Entre las agrupaciones que van por un lugar en el sindicato hay algunas moderadas y otras que directamente responden a partidos de izquierda y que sospechan permanentemente de las acciones que realiza la conducción provincial del gremio en cada negociación que realiza con el gobierno.
Esas mismas agrupaciones son las que en las asambleas proponen y votan por implementar metodologías duras como los cortes de ruta, escraches y otro tipo de acciones que rayan con la violencia.
Por eso no extrañó que cuando Marcelo Guagliardo terminó de explicar en líneas generales el acta que se había firmado con el gobierno un coro de silbidos, insultos y abucheos comenzara a llegar desde esos grupos radicalizados.
Como si se tratara de un funcionario en aprietos, el dirigente gremial tuvo que salir escoltado por sus colaboradores cuando varias personas se le acercaron con una actitud hostil, ante la decisión de Guagliardo de dar a conocer el acta cuando las asambleas estuvieran reunidas en horas de la mañana del viernes y no en la calle como pretendían algunos.
Los mismos integrantes de la conducción de ATEN tuvieron que apartar a un hombre que salió corriendo a Guagliardo con intenciones de pegarle. Y dos policías que mantenían una custodia discreta en la esquina de Juan B Justo y Avenida Argentina amagaron con intervenir, en caso de que el sujeto en cuestión intentara pegarle al dirigente.
Por fortuna, las agresiones fueron nada más que verbales y toda la conducción de ATEN se subió a un vehículo que los esperaba en Juan B. Justo para trasladarlos a la sede del gremio, donde los secretarios generales harían en privado su propia evaluación de lo sucedido.
La dura interna que tiene el gremio ATEN ya es pública y notoria. Al menos seis listas van a competir en las elecciones para renovar la conducción sindical en el mes de noviembre y ya se encuentran en campaña tratando de llevar sus propuestas y bajando las líneas sobre la política que debería implementar el gremio en cada negociación salarial con el gobierno.
Entre las agrupaciones que van por un lugar en el sindicato hay algunas moderadas y otras que directamente responden a partidos de izquierda y que sospechan permanentemente de las acciones que realiza la conducción provincial del gremio en cada negociación que realiza con el gobierno.
Esas mismas agrupaciones son las que en las asambleas proponen y votan por implementar metodologías duras como los cortes de ruta, escraches y otro tipo de acciones que rayan con la violencia.
Por eso no extrañó que cuando Marcelo Guagliardo terminó de explicar en líneas generales el acta que se había firmado con el gobierno un coro de silbidos, insultos y abucheos comenzara a llegar desde esos grupos radicalizados.
Como si se tratara de un funcionario en aprietos, el dirigente gremial tuvo que salir escoltado por sus colaboradores cuando varias personas se le acercaron con una actitud hostil, ante la decisión de Guagliardo de dar a conocer el acta cuando las asambleas estuvieran reunidas en horas de la mañana del viernes y no en la calle como pretendían algunos.
Los mismos integrantes de la conducción de ATEN tuvieron que apartar a un hombre que salió corriendo a Guagliardo con intenciones de pegarle. Y dos policías que mantenían una custodia discreta en la esquina de Juan B Justo y Avenida Argentina amagaron con intervenir, en caso de que el sujeto en cuestión intentara pegarle al dirigente.
Por fortuna, las agresiones fueron nada más que verbales y toda la conducción de ATEN se subió a un vehículo que los esperaba en Juan B. Justo para trasladarlos a la sede del gremio, donde los secretarios generales harían en privado su propia evaluación de lo sucedido.