El nivel del lago Nahuel Huapi creció aun más en los últimos días.
El agua del Nahuel Huapi, que en el verano se había retirado para dar paso a largas playas, tapó en estas últimas semanas muchos muelles y está en el borde de la escollera del puerto San Carlos. Pero este enorme lago todavía debe soportar más porque en las montañas hay nieve acumulada y se esperan más precipitaciones y días fríos en esta primavera. Semejante volumen viajará hacia el mar por una sola salida, el río Limay, aunque es muy posible que de manera gradual.
La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) ya comenzó las maniobras en las presas del Limay para preparar los embalses para el deshielo, que, según fuentes del organismo, será paulatino y sobre todo más tarde de lo habitual. "No va a ser en septiembre", dijeron.
La primera de las presas que regulan los caudales con los que el Limay llega a la confluencia con el río Neuquén es Alicurá. Ayer su embalse estaba a sólo 22 centímetros de su máximo extraordinario. De todos modos, sus turbinas y su vertedero tienen capacidad para conducir la crecida máxima calculada para el Limay en ese punto.
El problema, confió una fuente de la AIC, es en Piedra del Águila, que no podría absorber un caudal instantáneo de la misma magnitud. Por eso, hace semanas que sus turbinas generan gran cantidad de electricidad, de modo que el embalse tenga espacio para contener el agua que baje por el Lima y sus afluentes.
El embalse de Piedra del Águila puede llegar hasta la cota 592 metros sobre el nivel del mar y ayer estaba en la marca 589,28 y bajando. Ayer a las 6 de la mañana llegaban a él más de 1.400 metros cúbicos por segundo de agua y la presa erogó, en promedio diario, 1.277, que fueron a parar al embalse de El Chocón. La AIC es la autoridad que debería manejar el recurso para hace casi una década que las decisiones las toma la secretaría de Energía de la Nación en función de las necesidades energéticas de un país con una oferta eléctrica corta.
Por eso, este modelo de acumulación de agua en los embalses con el fin de reservar el recurso para cuando la demanda crece (cuando hace mucho frío o mucho calor en las ciudades más pobladas del país), no es nuevo. La cuenca no tuvo en la última década años de grandes recursos hidroeléctricos. Este año las condiciones son mejores; de hecho, en la AIC confiaron que el trimestre septiembre-octubre-noviembre tendrá precipitaciones por encima de la media.