La Fiscalía de Delitos Patrimoniales dirige la investigación del caso.
Por el robo de 45 mil pesos de la Escuela de Cadetes hay cuatro policías complicados que son los que tenían acceso a la oficina en la que estaba el dinero. La Justicia ya intervino en el caso y hay fastidio porque, por la cantidad de días que pasaron, hay medidas procesales que no se podrán concretar.
Después de que LM Neuquén develara el domingo que de la Escuela de Cadetes habían robado 45 mil pesos, se comenzó a mover todo dentro de la Policía, que hasta el momento mantenía el hecho tapado y sin investigar.
De hecho, el superintendente de Apoyos y Servicios, Osmar Leiva, tendría que haber enviado a investigar el caso a la Escuela de Cadetes, que está a cargo de su hermano, Jorge Leiva. Pero esto no sucedió.
Osmar Leiva dijo a este medio que se habían realizado las denuncias del caso, incluida la fiscalía, pero funcionarios del Ministerio Público Fiscal (MPF) lo desmintieron dejando en evidencia que nunca existió voluntad de investigar el robo, lo que generó un escándalo.
Finalmente, ayer desde el MPF confiaron que “vino una comitiva del Departamento de Delitos a informar que habían comenzado a realizar las actuaciones del caso”.
Para tratar de emprolijar, la jefatura mandó a personal de Delitos a que entre la tarde del lunes, y la mañana del martes estuvieron haciendo algunas entrevistas en la Escuela de Cadetes para interiorizarse del episodio.
“Quedaron en mandar todas las actuaciones a la Fiscalía de Delitos Patrimoniales pero por la cantidad de días que pasaron hay medidas procesales, como allanamientos, intervenciones telefónicas, verificación de cuentas bancarias, que ya no sirven, por lo que se va a complicar el esclarecimiento”, reveló un funcionario judicial.
Si el rector de la Escuela de Cadetes, Jorge Leiva, hubiera denunciado el robo y dado intervención a Delitos en tiempo y forma, se podrían haber levantado rastros de huellas digitales entre otras pericias fundamentales para esclarecer cualquier robo.
La causa judicial está caratulada como hurto, debido a que no se ejerció violencia para llevarse el dinero sustraído. Es por ese motivo que hay cuatro policías complicados por estas horas; son los que tenían acceso a la dirección, entre ellos el director Jorge Leiva, dos cadetes y el jefe del cuerpo.
A vender
El dinero robado había sido juntado por los cadetes con la finalidad de pagar la fiesta de fin de año y, si quedaba algo, financiarse un viaje a la zona cordillerana, como ya han hecho otras camadas.
Pero como a los cadetes le robaron la plata y no los dejaron denunciar, con voluntad los jóvenes policías que se proyectan como los futuros conductores de la Fuerza, decidieron salir a juntar plata vendiendo pollos y empanadas.
Si bien los cadetes no quieren hablar con los medios, por temor a represalias, se supo que ahora no quieren que sigan con las ventas.