Un hombre y una mujer, ambos presos en Chubut y condenados por homicidio, fueron autorizados por una jueza a viajar a Buenos Aires para participar de una Feria de Ciencias, Arte y Tecnología que se realizó en Tecnópolis y estalló la polémica.
María Belén Silva, condenada a 10 años de prisión por el asesinato de Muriell Bareilles en febrero de 2012, a quien mató de 10 puñaladas; y Matías Gallardo, quien purga una condena de 8 años por asesinar a tiros a Adrián Calleire en octubre de 2011, fueron los presos de la Alcaidía policial de Comodoro Rivadavia que tuvieron el beneficio del viaje a Tecnópolis. Según informó el diario Crónica de Comodoro Rivadavia, ambos presos estudian en la Escuela Nº 754 que funciona dentro de la Alcaidía.
Los presos cumplen condena en la Alcaidía de Comodoro Rivadavia. Al tomar estado público el tema, habría renunciado el responsable de políticas penitenciarias de la provincia, que depende del Ministerio de Seguridad. La presentación del programa «Liber-arte» fue el motivo por el que un hombre y una mujer homicidas que cumplen condena, fueron hasta Buenos Aires a la Feria de Ciencia y Técnica, Tecnópolis, con todos los gastos pagos por la provincia y con autorización judicial.
Quien autorizó el polémico viaje de los homicidas fue la jueza Daniela Arcuri, pero además existió el aval del Gobierno de la provincia a través del director general de Política Penitenciaria, Rodrigo García Palumbo. Ayer, el joven funcionario provincial habría presentado su renuncia a la dirección que depende del Ministerio de Seguridad de la provincia. Había llegado al Gobierno con todo el grupo de militantes de Los Altares, la agrupación política que lidera el ex ministro de Seguridad, José Glinski.
Aunque García Palumbo permaneció en el cargo con los cambios de conducción en el Ministerio, estaba entre los posibles a reemplazar que tenía en carpeta el nuevo titular del área, Oscar Martínez Conti.
Aunque lograron la autorización judicial para el viaje a Tecnópolis como parte del proyecto «Liber-arte», los dos presos presentan antecedentes de violencia y desobediencia durante su detención.
Silva gozó durante un tiempo del beneficio del arresto domiciliario a raíz que su inconducta acarreaba serios problemas en el centro de detención. En una oportunidad eludió la custodia y fue encontrada en la casa de su novio, quien también estaba con prisión domiciliaria por haber asesinado a su propio hermano. El otro preso viajero, Gallardo, fue detenido cuando la Policía lo sorprendió acribillando a su víctima.