La planta que la envasaba cerró. Los vecinos la usan para bañarse.
Santo Tomas un pequeño pueblo que vive del agua mineral de una vertiente.
Mario Cippitelli
cippitellim@lmneuquen.com.ar
Neuquén.- Dice el viejo dicho que “agua que no has de beber déjala correr”. Y eso es lo que hacen en Santo Tomás, un pequeño pueblo ubicado en cercanías de Piedra del Águila. Desde que cerró la planta que embotellaba ese tesoro líquido y puro, los habitantes consumen lo que necesitan y el resto termina evaporándose en la tierra o alimentando alguna parcela cercana. Sólo eso.
Curiosa contradicción vive la población de Santo Tomás. La naturaleza bendijo a este paraje con un vertiente cristalina, pero los crianceros que habitan a pocos kilómetros sufren la peor de todas las sequías y ven morir a sus animales porque no tienen agua para darles.
Los problemas comenzaron cuando un empresario, Néstor García, cerró la planta en la que envasaba el agua debido a los graves problemas económicos que tenía en la embotelladora ubicada en la ciudad de Cipolletti. La consecuencia directa fue que 17 personas se quedaron sin trabajo.
De un día para el otro, la planta dejó de funcionar, la gente quedó en la calle sin cobrar un solo peso. Con el tiempo, las cañerías que traían el agua desde la vertiente se fueron dañando hasta perder buena parte de la capacidad para transportarla a la planta ubicada a 4 kilómetros del lugar.
En la población, el impacto se sintió con fuerza. Diecisiete personas desempleadas pueden significar un número bajo para cualquier ciudad, pero para un pueblo con 397 habitantes, que no tiene prácticamente recursos, es una cifra importante.
La presidenta de la comisión de fomento, Gladys Pavón, también está preocupada porque como máxima autoridad es la que recibe todas las quejas y los problemas que le plantean los vecinos. “Me vienen a golpear la puerta y no sé qué decirles”, lamentó.
Ayer se enteró de que el gobierno de Río Negro le había dado un subsidio de 15 millones a Néstor García, y no dudó en mandarle un whatsapp: “Espero que algo de esos quince millones se lo des a la gente de Santo Tomás”. Sin embargo, el empresario le respondió que el dinero ya no lo manejaba él, sino el síndico, ya que la empresa se encuentra en convocatoria de acreedores.
Más allá de la crisis, la gente del pueblo trata de salir adelante y no hacerse demasiada mala sangre por el negocio que se pierde alrededor de aquella vertiente mágica.
“Si nos vieran... con lo que cuesta el agua…”, reflexiona Pavón. Es que para los casi 400 pueblerinos ya se convirtió en algo natural usar este recurso para las cuestiones cotidianas. Y nadie se pone a pensar mucho en el tema. Se bañan, lavan los autos, riegan y hasta crían animales con la mejor agua mineral. ¿Y la que no se usa? Se la deja correr, como dice el dicho.
“Sé que desde el Gobierno están haciendo gestiones con empresarios para ver si alguien se puede hacer cargo del negocio”. Gladys Pavón. Pta. de la comisión de fomento
A los que viven lejos los mata la sequía
Crianceros que viven en cercanías de Santo Tomás sufren una muerte masiva de sus ganados y piden ayuda para contrarrestar la sequía que padecen en el centro de la provincia. Se trata de 68 productores quienes sufren la pérdida de sus chivitos por la falta de agua y pastos.
Gladis Pavón, presidenta de la comisión de fomento de Santo Tomás, comentó a LM Neuquén que ya empezó la época de parición en las zonas rurales, pero que la fuerte sequía hace que los animales mueran al nacer.
“En esta zona de La Picaza, El Sauce y Catan Lil no ha llovido y ya son años de mucha sequía. Los animales están naciendo y mueren porque las madres no los pueden amamantar”, expresó.
Por otro lado comentó: “Hicimos un recorrido como para ayudar a los animales para salvar a las crías mamadoras”. En este sentido contó que comenzaron una campaña solidaria para recolectar leche en polvo para poder alimentar al ganado recién nacido.
Para las personas que puedan colaborar con leche en polvo se pide comunicarse a través de la página de Facebook de la comisión de fomento de Santo Tomás.
