Un pescador lo amedrentó con un cuchillo y huyó. Ocurrió en el paraje Mala Huaca, en Alicurá.
Junín de los Andes.- "Rajá de acá, a mí nadie me va a venir a pedir permiso ni me va a hacer quilombo por tres truchas de m...". Esta fue la respuesta de un pescador furtivo ante un control de los guardafaunas provinciales. La discusión no terminó allí: el hombre lo amenazó con un cuchillo y de inmediato se fugó.
Ocurrió durante un patrullaje de guardafaunas con asiento en Junín, que en dos operativos distintos lograron decomisar 62 truchas pescadas de manera irregular.
El hecho de violencia sucedió en la zona de Alicurá, en el paraje conocido como Mala Huaca (sobre la Ruta 237 donde queda al descubierto lo que fue la vieja villa, a unos 12 kilómetros de la estación de servicio de Confluencia). Allí fue donde tuvieron que perseguir a un pescador furtivo que terminó escapando en una Peugeot Partner luego de haber amenazado con su cuchillo a uno de los guardafaunas.
A este hombre se le sumaron otros cinco, que andaban en otro vehículo, un Chrysler Pt Cruiser, y que también escaparon rápidamente del lugar. Aunque inmediatamente comenzó una persecución con dirección a Bariloche, no pudieron ser detenidos.
"Infraccionamos a cuatro hombres que venían de Bariloche. Pero al intentar identificar a otros, nos agredieron y se nos escaparon", aseguró el jefe de Fauna, Cristián Mondino, quien estuvo en el operativo en Alicurá.
"Uno tenía un cuchillo y otro un arma de fuego, que la vimos cuando le fuimos a pedir el permiso de pesca", agregó.
Mientras estos pescadores los amenazaban, otros que estaban en el mismo lugar guardaron las truchas en una heladerita y también se fueron.
En esa zona de Mala Huaca inspeccionaron a 70 pescadores y decomisaron 11 piezas.
El otro operativo
Casi al mismo tiempo, en el puesto de control en la entrada de Junín de los Andes, tres hombres fueron detectados con otras 51 truchas.
"Venían de la zona del lago Tromen y son oriundos de San Martín de los Andes", confirmó Mondino.
Estos hombres se movilizaban en un Renault 12 y, al momento de realizarse el control, algunas de las truchas aún estaban con los anzuelos atados a las tanzas. También secuestraron varios "tarritos", utilizados para pescar con línea de fondo con cebo, algo prohibido expresamente.
Desde fauna aclararon que Alicurá es una de las zonas en las que se permite sacar un mayor número de piezas, hasta 4 truchas por persona por día y 2 percas, en tanto que en Tromen sólo se permiten 2.
Para restaurantes y ahumaderos
A los pescadores furtivos no les importa el tamaño, porque sólo tienen en cuenta la cantidad. Para los guardafaunas, el negocio está en la cantidad de piezas que capturan para después venderlas de manera irregular en los restaurantes o en los ahumaderos.
Si bien desde Fauna aseguraron que ellos hacen controles cotidianamente en los restaurantes de la zona cordillerana para comprobar dónde compran las truchas, en otras ciudades de la región -como Bariloche- no se hacen los mismos procedimientos.
La otra opción, los ahumaderos, es el destino sobre todo de las piezas más pequeñas.
En este caso es muy difícil comprobar la cantidad de materia prima utilizada, ya que el material que después envasan está todo procesado y no se puede cuantificar.
Desde Fauna también recordaron que hace un tiempo detectaron gente que procesaba las piezas apenas las pescaban. Era un grupo de personas que ahumaba las truchas y las envasaba al lado del lago.