Breve Reseña

Esta emisora de radio nace por una necesidad de comunicación que tenía la zona de Piedra del Aguila y sus alrededores.
Por aquellos tiempos un soñador llamado Oscar Isaac Lillo emitía por primera vez un 13 de octubre de 1986, la radio experimental Piedra del Aguila en amplitud modulada.
El objetivo siempre fue servir a las instituciones, destacar los parajes, sus pobladores (que por diversos motivos aun continuan aislados en zonas rurales), el mensaje comunitario, el llamado urgente etc., son frases que se destacan en la actualidad.
Los pobladores de estos lugares siempre están espectantes de la información y diversos acontecimientos que se producen en la localidad, en el País y el exterior debido a la cambiente realidad actual.
Hoy el medio de comunicacion va actualizandose tecnologicamente de acuerdo a las innovaciones que se producen en el campo de la radiodifusión.

"No tenemos calefacción, agua caliente, ni duchas"


Policías contagiados de coronavirus denunciaron su situación.

Tres policías cipoleños con diagnóstico de COVID-19 que fueron internados en aislamiento en la sede de la Escuela de Suboficiales, denunciaron que el lugar no cumple con las condiciones mínimas de salubridad. “Nos encerraron y tiraron acá como perros. Esto era una escuela donde pusieron unos colchones y pretenden que vivamos así. No nos están cuidando, ni a nosotros ni a nuestras familias”, cuestionaron.Dos de ellos están vinculados de forma directa al foco de contagios que se produjo en la Subcomisaría 82 de Las Perlas y se encontraban internados en el Policlínico Modelo. Sin embargo, como no presentan complicaciones de salud, se decidió trasladarlos al edificio ubicado en la esquina de Fernández Oro y Sáenz Peña. Allí se encontraron con otro compañero, perteneciente a la Brigada de Motoristas que se contagió al concurrir a la Subcomisaría 82 para arreglar un cuatriciclo.

La escuela había sido acondicionada en marzo para recibir a los pacientes infectados o sospechosos sin complicaciones, y hasta el momento no había sido utilizada. Actualmente, el edificio está completamente vacío y solo lo resguarda un oficial de guardia. Los agentes aseguran que no hay asistencia sanitaria fija y reciben un llamado telefónico diario como forma de monitoreo.

“Dos de nosotros llegamos el viernes y ya había un compañero desde el jueves. No tenemos calefacción, agua caliente, ni duchas. Los baños tienen todas las ventanas rotas y no están limpios. Solo nos traen el almuerzo y la cena, la misma que se entrega a los pacientes del hospital. Hoy (por ayer) nos dieron para comer un poco de puré y medio bife. No hay desayuno ni merienda, y nos dieron media tira de paracetamol por si tenemos fiebre. Ese es todo el cuidado y protección que nos ofrecieron”, cuestionaron los uniformados.

Indicaron que lo más urgente y peligroso es la falta de calefacción, ya que podría provocar alguna afección respiratoria que agrave aún más la situación.

“Mientras estábamos en el Policlínico, nos atendían bien, estábamos cuidados. No entiendo por qué nos mandaron acá si todos tenemos obra social. Acá, si nos pasa algo, si alguno se complica, no se entera nadie. Somos pacientes con un virus que nadie sabe cómo afectará nuestra salud y debemos tener atención médica constante”, se quejaron los agentes. Entienden que ese lugar, con esas condiciones tan precarias, nunca podría haber sido habilitado por Salud.

Las familias
Agregaron que sus familias también están aisladas en sus casas por al menos dos semanas y que también se sienten abandonadas. “No pueden salir a ningún lado y no se acercó nadie a ofrecerles algún tipo de asistencia. Ni siquiera tienen a alguien que les compre un poco de pan. Solo reciben un llamado por teléfono todos los días preguntando si tienen síntomas, porque tampoco los quisieron hisopar. Ese es el monitoreo del que hablan. Pueden ser enfermos asintomáticos y nadie se entera”, comentaron.

El reclamo por hisopados es común, pero el protocolo de caso sospechoso no recomienda el análisis de COVID-19 si no se presentan síntomas.

Los uniformados aseguraron que ayer, ante sus reclamos, se acercaron al lugar autoridades de Salud y la Policía para conocer cuáles eran las necesidades. “Sentimos que esto es inhumano, ninguno de nosotros se contagió porque quiso. Lo ideal sería poder volver a la clínica porque allí nos sentíamos cuidados”, advirtieron.

Por el brote en Las Perlas hay cinco agentes con coronavirus y 14 infectados en Neuquén por vínculo estrecho. Además, en Cipolletti hay 70 aislados. Los uniformados tienen miedo de que les hagan un sumario. “Trabajamos en condiciones que no son las mejores, y con el miedo de que si reclamamos nos castiguen”, afirmaron.

Enojados por las críticas de Salud
La directora del hospital cipoleño, Claudia Muñoz, indicó que tras la investigación epidemiológica se conoció que ni los policías que prestaban servicio en la Subcomisaria 82 de Las Perlas ni los empleados del Ipross cumplían las normas sanitarias preventivas, incluso compartían el mate, y cuestionó esa actitud.

Los policías infectados, en tanto, se defendieron. “Somos conscientes de que algunos compañeros compartieron el mate, pero tienen que saber que la oficina donde trabajamos es muy pequeña, y estamos seis personas ahí dentro, respirando el mismo aire, comiendo en la misma mesa e incluso usando el mismo baño. Nadie nos llevó barbijos ni alcohol en gel, y hasta que no hubo contagios no se hacían desinfecciones. Ahora todos nos juzgan, pero nadie nos dio las herramientas para prevenir”, relataron.