El secretario general del sindicato de petroleros, Guillermo Pereyra, calificó como “cobarde, traicionero y repudiable”, el incendio del auto de Christian Garcíal, delegado de la empresa Schlumberger. El “atentado”, como lo calificó el propio gremialista, llega en medio de un clima enrarecido dentro del sindicato en la previa de la firma de la adenda no convencional al convenio colectivo de trabajo.

“Una vez más la sinrazón se mezcla con la cobardía y envalentona a individuos carentes de los mínimos atributos que se necesitan para debatir situaciones con ideas y no con arteros atentados perpetrados desde el anonimato”, destacó Pereyra en un comunicado.

Responsables
Para Pereyra, los responsables del hecho serían los mismos que intentaban en días de las negociaciones que los trabajadores no levantaran la medida de fuerza que habían tomado por fuera del sindicato, a pesar de que se estaba llegando a un acuerdo con la empresa.
“Respetuosamente solicitamos a la justicia una exhaustiva investigación de este acto criminal como para identificar y condenar a los autores con el máximo rigor posible”, destacó Pereyra.