La adolescente que se hizo famosa por promover la anorexia y mostrar sus fotos a través de Internet quiere ayudar a otras chicas para que no pasen por lo mismo que ella.
Samira Jay, una adolescente que se hizo famosa por promover la anorexia en Internet, habla luego de su recuperación y asegura que se siente avergonzada por su viejo comportamiento. “Me horroriza ver las fotos y siento bronca conmigo misma. Subía esas fotos a mi cuenta en Bebo –una red social- para que otras chicas anoréxicas se sientan inspiradas por mis logros”, relata al Daily Mirror la recuperada adolescente.
El avance de Internet le dio cobijo a las adolescentes para intercambiar todo tipo de información y estímulos negativos. “Aprendí trucos para que el doctor no se diera cuenta de mi enfermedad a través de los sitios pro anorexia. Todo lo que quería era ser flaca”, recuerda Jay.
Luego de haber llegado a la fama por ser el símbolo de la movida pro anorexia de la web, Samira recibió la ayuda de su familia y amigos y, luego de cinco internaciones, siente que comienza una nueva vida. “Cuando publiqué la foto en Internet y las otras chicas comenzaron a decirme que se sentían envidiosas, me sentí enferma. Sin perder más tiempo, borré mi perfil de la red social y le di la espalda al mundo de la anorexia. Eso fue vital para poder vencerla. Me cansé de que una enfermedad dirija mi vida”, confiesa.
Luego de haber rearmado su vida, la actual estudiante de medicina decidió devolver la ayuda que recibió y comenzó una cruzada para recaudar dinero. “Con tres amigas vamos a juntar dinero para B-EAT, una caridad que ayuda a las chicas con desórdenes alimenticios”, explica. Un tiempo después, Samira volvió a visitar los perfiles de las chicas que solían ser sus “cyberamigas”. “Ocasionalmente vuelvo a ver las páginas. Me entristece y siento que tengo que ayudarlas desesperadamente”, finaliza.
Samira Jay, una adolescente que se hizo famosa por promover la anorexia en Internet, habla luego de su recuperación y asegura que se siente avergonzada por su viejo comportamiento. “Me horroriza ver las fotos y siento bronca conmigo misma. Subía esas fotos a mi cuenta en Bebo –una red social- para que otras chicas anoréxicas se sientan inspiradas por mis logros”, relata al Daily Mirror la recuperada adolescente.
El avance de Internet le dio cobijo a las adolescentes para intercambiar todo tipo de información y estímulos negativos. “Aprendí trucos para que el doctor no se diera cuenta de mi enfermedad a través de los sitios pro anorexia. Todo lo que quería era ser flaca”, recuerda Jay.
Luego de haber llegado a la fama por ser el símbolo de la movida pro anorexia de la web, Samira recibió la ayuda de su familia y amigos y, luego de cinco internaciones, siente que comienza una nueva vida. “Cuando publiqué la foto en Internet y las otras chicas comenzaron a decirme que se sentían envidiosas, me sentí enferma. Sin perder más tiempo, borré mi perfil de la red social y le di la espalda al mundo de la anorexia. Eso fue vital para poder vencerla. Me cansé de que una enfermedad dirija mi vida”, confiesa.
Luego de haber rearmado su vida, la actual estudiante de medicina decidió devolver la ayuda que recibió y comenzó una cruzada para recaudar dinero. “Con tres amigas vamos a juntar dinero para B-EAT, una caridad que ayuda a las chicas con desórdenes alimenticios”, explica. Un tiempo después, Samira volvió a visitar los perfiles de las chicas que solían ser sus “cyberamigas”. “Ocasionalmente vuelvo a ver las páginas. Me entristece y siento que tengo que ayudarlas desesperadamente”, finaliza.