Un vecino sufrió una situación denigrante cuando un agente de tránsito lo obligó a descender de su cuatriciclo acondicionado para discapacitados. Como pudo llegó a la vereda y ante el reclamo de los transeúntes le tuvieron que devolver el vehículo.
Cuando Juan escuchó la recomendación del agente de Tránsito de la comuna pensó que no había comprendido la gravedad de la situación. Es que era cierto que en ese momento no tenia la documentación de su cuatriciclo pero más cierto aún es que la parálisis de sus piernas le impide caminar desde hace 37 años años por lo que resultaba sumamente difícil que descendiera del vehículo para que el empleado municipal le secuestre su único medio de movilidad. El caso llegó ayer a la Unidad Fiscal de Atención Primaria (UFAP) que ahora deberá investigar si el funcionario público se extralimitó en sus tareas al obligar a esta persona discapacitada a “arrastrarse cinco metros” hasta llegar a la vereda.
El viernes, el sol no daba respiro. Como suele suceder en esta época del año el centro de la ciudad era un "hervidero". Juan Leiva -de 42 años- había dejado por la mañana su casa ubicada en inmediaciones al ex INTA viejo para realizar varios trámites. Había subido a su cuatriciclo que desde hace años tiene acondicionado para movilizarse. Además cuenta con todos los permisos y habilitaciones pero lo tiene en una carpeta por lo que él mismo reconoce a veces se le hace sumamente difícil llevarlos encima. “Tengo miedo de perderlos”, asegura. Los problemas comenzaron cerca del mediodía. A esa hora este vecino transitaba por calle Tucumán entre España y avenida Roca, cuando un agente de la comuna detuvo la marcha de su rodado. Le exigió la documentación y la utilización obligatoria del casco. Ante la falta, Leiva pidió las disculpas del caso y le dijo que no los llevaba encima. Fue allí que la situación se tomó complicada, cuando el agente le dijo que debía descender del vehículo ya que lo tenia que secuestrar.
Juan explicó que no podía bajarse ya que era paralítico. “No puedo caminar", le decía una y otra vez al trabajador municipal quien en todo momento le aseguraba que él estaba para hacer respetar las normativas.
Hasta que en un momento le ofreció parar un taxi para que lo lleve a su casa a buscar los papeles pero no hubo caso. La discusión terminó cuando el agente lo obligó a bajarse del cuatri para poder secuestrarlo. El hombre no tuvo opción. Descendió de su rodado y se arrastró al menos cinco metros hasta llegar a la vereda. “Como pude me tiré al suelo y me arrastré. No entiendo cómo no podía entender mi situación”, explicó anoche a ANRoca Juan Leiva, desde su chacra en Guerrico.
Esta vez fueron los propios transeúntes los que pusieron un freno al encarnizado pedido del trabajador. Hasta un efectivo de la Comisaria Tercera que estaba de civil se acercó al empleado para pedirle que tuviera consideración por la situación de este vecino.